Raimundo Fitero
Sobrinos y primos
Es La Sexta una cadena alternativa? La verdad es que si de una sentada puedes ver «El Intermedio», «Caiga Quien Caiga» y «Buenafuente ha salido un momento», debe considerarse que hay una estrategia programática, al menos en la noche de los miércoles, y que es, desde luego, un alternativa bastante bien definida. Otra cosa es que sea entendida como tal por ese conglomerado de voluntades individuales y atrabiliarias a las que, para entendernos, llamamos audiencias. ¿O deberíamos llamar audiencia? ¿O simplemente telespectadores? ¿O telespectadores y telespectadoras?
Busca a un tipo de cliente muy específico que, para utilizar el lenguaje en boga, estaría formado por gentes con cierta tendencia a entender la vida de una manera un poco más abierta y progresista. En estos tres programas citados existe una mirada diferente a la actualidad, una ironía convertida en una bella arte para comunicarse, unas claves de entendimiento y reconocimiento entre las partes que van construyendo una complicidad. Tres programas que confluyen en la misma cadena desde trayectorias muy diferentes. De creación directa para la cadena, en una apuesta por recuperar a uno de los grandes comunicadores televisivos como el programa encabezado por El Gran Wyoming, hasta el fichaje de CQC que se estrenó en su versión española en Tele 5 con el mismo Wyoming al frente, o el programa de Buenafuente que muy rodado en la televisión catalana, pasó a Antena 3 para enfrentarse cuerpo a cuerpo con Xabier Sardá y de ahí, a La Sexta, la cadena en la que la productora del comunicador catalán tiene su influencia y capital.
«El Intermedio» va muy bien. Está muy definido en sus contenidos y acierta en su tono y humor. CQC ha recuperado pulso, sube enteros Estibaliz Gabilondo, Juanra Bonet es una máquina polifacética, y el resto de nuevos hombres de negro van encontrando su sitio. Lo de Buenafuente está en un momento curioso, ha dejado al frente del programa a Berto, es decir a su supuesto sobrino, y una vez más se comprueba como no siempre un excelente colaborador puntual se convierte en un buen conductor de un programa. Pero le concedemos el beneficio del talento.