Alimentos y carburantes mantienen imparable una inflación que llega ya al 5%
La inflación del mes de junio alcanzó el 5% en Araba y Nafarroa y rozó esa cifra en Bizkaia y Gipuzkoa. Se trata de un incremento de precios impulsado por los productos energéticos y los alimentos. Además, la tendencia seguirá durante los próximos meses, en función de los nuevos máximos que sigue marcando el precio del petróleo.
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Los precios aumentaron el pasado mes de junio más de un 0,5% en Hego Euskal Herria. Concretamente, ese medio punto fue el incremento en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, mientras en Nafarroa se llegó a incrementar en seis décimas. Los precios de los alimentos frescos, sobre todo, del pescado fresco y las patatas, y los de los carburantes fueron los que dieron el mayor empujón al IPC del mes pasado, según los datos del INE, lo que se reflejó en las mayores subidas en el mes de la alimentación, el transporte y la vivienda.
Respecto a junio del año pasado, las variaciones son ya cercanas al 5%. De hecho, en Araba se supera esa cifra (5,3%), siendo el territorio más inflacionista. Los apartados que más se han encarecido en los últimos doce meses son la alimentación, con tasas entre el 7% y el 7,5%; la vivienda, con aumentos entre el 6,3% y el 6,9%, y el transporte, entre el 8,7% y el 9,7%.
Destacan las subidas de las patatas y sus preparados (12%), las prendas de vestir infantiles (9,5%) y el transporte público interurbano (8,7%).
La inflación subyacente, que no refleja los precios de los alimentos frescos y los carburantes, presenta una variación interanual del 3,3% en el conjunto del Estado español, la misma que el mes pasado. Y la tendencia de los precios desbocados seguirá en los próximos meses, como consecuencia de los nuevos máximos del petróleo. Ayer mismo, el crudo Brent, de referencia en Europa, marcó otro récord al rebasar por primera vez los 147 dólares en el mercado de futuros de Londres, donde llegó a 147,50 dólares
Salarios
ELA señaló que el IPC de junio refleja un marcado carácter especulativo, sobre todo en lo referente a precios de los cereales y «evidencia que en la negociación colectiva los salarios tienen que crecer en función del IPC real del ejercicio anterior».
Igualmente, LAB señaló que «haremos oídos sordos al coro de voces que ahora se une a las exigencias empresariales para intentar desvincular las subidas salariales de la evolución de la inflación», en referencia a las reclamaciones del BCE y del Banco de España «bajo la amenaza de despidos masivos». LAB destacó que el encarecimiento de los alimentos básicos está haciendo mella en el presupuesto familiar de la clase trabajadora, sobre todo en los hogares con menos ingresos, a lo que se añade el encarecimiento de los créditos hipotecarios, cuyo efecto no recoge el IPC.
Para CCOO, el IPC de junio «es un pésimo dato» y abogó por un control de precios de bienes y servicios de primera necesidad. Además, observa «un divorcio entre el IPC y la sensación ciudadana del coste real de la vida». UGT advirtió de que se debe mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en los convenios porque «estamos ante una crisis económica que no debe ser una crisis de derechos laborales».