Hubo quorum en la meta de Aurillac: la jornada, teóricamente de transición, fue muy dura.

«Estos esfuerzos se pagan», reconocía Mikel Astarloza, al que, como a todo su equipo, le tocó trabajar mucho ayer. «Ha sido una carrera durísima, no se ha parado en ningún momento. Además, una caída nos ha dejado fuera de juego y hemos ido a contrapié», explicó.

Su compañero Iñaki Isasi también destacaba la dureza de la jornada, aunque la hacía extensiva a toda la primera semana del Tour. «Hay más igualdad entre los candidatos a ganar y hay más pelea. Están siendo etapas nerviosas, con tensión... Hoy además ha pegado el viento, ha estado la caída, la fuga... Ha sido una etapa de las de olvidar», admitió.

«Ha sido la etapa más dura». Carlos Sastre se mostró así de contundente. «Aunque sabíamos que era complicada, nunca se pensaba que se podía liar la que se ha liado después. Creo que de lo que llevamos de Tour ha sido la etapa más rápida y más dura y de nuevo una etapa de mucho desgaste».

Sin dolores

Al único que, probablemente, no le dolían las piernas, era al ganador de la etapa. «Después de un inicio difícil, con la caída en la contrarreloj, necesitaba algo así», aseguró Luis León Sánchez, consciente de que, a partir de hoy le toca «retomar mi rol en el equipo, y ayudar a Alejandro y Oscar».

No estaba menos satisfecho David de la Fuente, nuevo líder de la montaña. «Este es el maillot más bonito que hay», aseguró el de Saunier.