Hoy GARA trae a sus páginas un dato demográfico significativo: entre los habitantes en edad de votar de los cuatro territorios del sur de Euskal Herria ya son mayoría aquellos que no pudieron ejercer ese derecho en el referéndum sobre la Constitución española que tuvo lugar el 6 de diciembre de 1978. De entre las personas mayores de edad y menores de 48 años, unas no tenían en aquel momento los dieciocho años cumplidos y otra gran parte de ellas ni siquiera había nacido. De ese modo, al rechazo que la Carta Magna española tuvo en aquella votación hay que sumarle el desconocimiento de qué votarían ese millón pasado de vascas y vascos que viven en la actualidad bajo su mandato, conformes o no, «por imperativo legal».

En relación al conflicto vasco, todas las personas consultadas coinciden en señalar que el cuestionamiento de la Constitución no se deriva de esa evolución demográfica. Para la mayoría el rechazo que suscita se debe a la inherente falta de legitimidad de un texto constitucional cuyo principal objetivo no es otro que negar la existencia de cualquier otra realidad nacional que no sea la española y, en nuestro caso, negar incluso la existencia de un pueblo llamado Euskal Herria.

De todos modos, tanto este dato estadístico como el actual debate sobre el derecho de autodeterminación pueden dar lugar a reflexiones interesantes. Por ejemplo, a estas alturas es evidente que la propuesta de Ibarretxe no tiene potencial alguno para resolver el conflicto vasco -en realidad, nunca la tuvo-. Sin embargo, el debate social que se ha creado a partir de los argumentos de unos y otros sobre el derecho a decidir debería servir a las fuerzas de izquierda vascas, no ya para lograr avances en la superación del conflicto o en el desarrollo de la nación vasca -constantes de la política vasca-, sino para además profundizar en una concepción democrática más profunda, participativa y abierta a la ciudadanía. Además de denunciar la imposición, luchar por un sistema político y social más democrático facilitaría otro tipo de procesos constituyentes.