Ayer se cumplían 30 años desde que fuera muerto por disparos de la Policía española Joseba Barandiaran cuando participaba en uno de los numerosos actos de protesta que tuvieron lugar por la muerte de Germán Rodríguez en los sanfermines de 1978.

En el mismo lugar donde segaron la vida de este vecino de Astigarraga de 19 años, en la calle San Bartolomé de Donostia, junto a Aldapeta -recibió un impacto de bala al principio de la cuesta- sus amigos se reunieron ayer por la mañana con la intención de rendirle un homenaje. Sin embargo, tal como informó a gara.net un testigo, nada más abrir la pancarta que llevaba la fotografía de Barandiaran, apareció la Ertzaintza y se la incautó, alegando que no tenían permiso. Además, identificó a todas las personas que se encontraban allí.

Pese a las trabas impuestas por la Policía autonómica, los amigos del joven pudieron depositar un ramo de flores en su honor.

Por la tarde tuvo lugar otro homenaje, esta vez en el pueblo natal de Barandiaran.

Los de ayer no fueron los únicos actos en los que se recordó a Barandiaran. El miércoles, cientos de personas participaron en el homenaje a Germán Rodríguez en Iruñea, donde también estuvo muy presente la figura del vecino de Astigarraga.

Dos varas de medir

Por su parte, el grupo municipal independentista de Donostia denunció ayer en una nota que la Ertzaintza «no deja ni recordar a las personas muertas por el terrorismo de Estado», al tiempo que criticó que el Ayuntamiento «utiliza vergonzosamente el sufrimiento creado por el conflicto». A su entender, tienen «dos varas de medir para decidir quiénes son víctimas y quiénes no».