Sarkozy logra poner en marcha la Unión para el Mediterraneo
Más de cuarenta jefes de Estado y de Gobierno dieron ayer luz verde a una nueva etapa en las relaciones entre la Unión Europea y los países ribereños del Mediterráneo. Con París como escenario, nació la Unión para el Mediterráneo (UPM), un nuevo marco para potenciar la cooperación euromediterránea que, según la declaración final de la cumbre, será entre iguales, y promover el avance de los procesos de paz y la estabilidad en la región.
GARA |
«Todos lo habíamos soñado, ahora la UPM es una realidad», destacó el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al término de la cumbre celebrada en parís, que reunión a 43 jefes de Estado o Gobierno de la Unión Europea (UE) y la región mediterránea.
Ayer en París nació la Unión para el Mediterráneo (UMP), que busca dar un nuevo impulso a la cooperación entre ambas orillas del Mediterráneo a través del establecimiento de mecanismos permanentes que aseguren la ejecución de proyectos de integración regional, de los que se han aprobado sus seis pilares principales.
Los ministros de Exteriores de los estados presentes se reunirán en noviembre para intentar lograr un acuerdo sobre la sede del secretariado permanente de la UPM -a la que aspira Barcelona- y para definir las modalidades específicas de financiación.
Hosni Mubarak, presidente egipcio que copresidió la cumbre junto a Sarkozy, calificó el nacimiento de la UPM de «paso de gigante» que abre «una nueva página en la cooperación euromediterránea», y confió en que el nuevo marco de colaboración llevará «más paz y estabilidad» a la región mediterránea.
Los participantes en la cumbre de París acordaron por unanimidad seguir reuniéndose cada dos años aunque los titulares de Exteriores cada año, con los objetivos de potenciar sus relaciones sobre una base de igualdad entre el norte y el sur y de respeto mutuo a la soberanía de cada estado, así como de avanzar en torno a seis ejes: la descontaminación del Mediterraneo, el impulso de las autopis- tas del mar, el trabajo conjunto en materia de protección civil ante catástrofes naturales, la apuesta por la energía solar, la creación de una universidad mediterránea con programas como el actual Erasmus y el desarrollo de empresas.
Según la declaración final, la meta fundamental de la cooperación entre la UE y los países ribereños del Mediterráneo es que sea «más visible a los ciudadanos».
Los participantes en la cumbre fundacional mostraron su convicción de que la UPM puede «desempeñar un papel importante» en los «desafíos comunes» que tiene la región, su desarrollo económico y social, así como para promover el desarrollo sostenible, la migración y el desarrollo de culturas.
Europa y los países mediterráneos están unidos -según la declaración final- por una ambición común, que es la de «construir conjuntamente un futuro de paz, de democracia, de estabilidad, de seguridad, de prosperidad y de comprensión humana, social y cultural» a través de la cooperación e integración regionales.
Nicolas Sarkozy aseguró que «no es el dinero lo que falta» para poner en marcha las iniciativas, sino la paz, la seguridad y la confianza.
Sarkozy calificó de «éxito» la cumbre por la presencia de todos los líderes árabes en una misma mesa junto al israelí Ehud Olmert. Sin embargo, el presidente sirio, Bachar al-Assad, se ausentó durante su intervención, y su presencia frustró la foto de familia, porque los líderes árabes no quisieron posar con él.
La búsqueda de la paz dominó los encuentros diplomáticos previos y paralelos a la cumbre, especialmente en el proceso israelo-palestino, los contactos entre Israel y Siria a través de Turquía y los avances en la estabilización de Líbano. El sábado, Siria y Líbano anunciaron el establecimiento de relaciones bilaterales y la apertura de embajadas. Ayer, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, señaló, tras reunirse a tres bandas con los presidentes francés, Nicolas Sarkozy, y de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que «Israel nunca ha estado tan cerca de un acuerdo con los palestinos como ahora».
Como «gesto de buena voluntad», un Olmert en horas bajas en su país anunció que Israel liberará a un grupo de prisioneros palestinos, aunque no precisó el número. La petición, al parecer, partió de Abbas, quien, partícipe del optimismo del líder hebreo, aseguró que «se podrá llegar a la paz en unos meses» gracias a la «mediación de Sarkozy, que trata de impulsar las negociaciones.
El presidente galo, por su parte, reconoció ante Olmert y Abbas que la Unión Europea no ha estado demasiado presente en el conflicto de Oriente Próximo a pesar de las donaciones económicas, y se comprometió, como presidente de la UE, a impulsar la paz y la estabilidad en la región.