Las televisiones públicas que actualmente existen son un compendio de irregularidades que van desde el despiste conceptual hasta el despilfarro económico, todo ello en nombre de valores intangibles pero de una supuesta proyección superior. Son entes de titularidad pública para lo que les interesa, pero que actúan en el mercado de lo privado cuando les da la gana. Es fácil ponerse de acuerdo en que son instrumentos partidistas utilizados para la propaganda. Sobre la inutilidad de algunas propuestas, sobre la inconsistencia de las programaciones, sobre la coartada de paisanaje para justificar niveles artísticos ínfimos, podríamos estar hablando muchas entregas y de hecho, ya lo hemos hecho, pero como las variaciones son mínimas, insignificantes y responden a casualidades más que a estrategias, abandonamos ese territorio propicio para la onomatopeya o el exabrupto y fijémonos en la última jugada anunciada la semana anterior.

Según a qué medio de comunicación se acuda, se trata de una nueva batalla de la guerra del fútbol, y probablemente no esté desenfocada esta observación, pero ahora lo que interviene no es un supuesto favoritismo a una empresa sobre otra, sino que estamos ante una puja económica realizada por las televisiones de titularidad pública con hacerse con los derechos de emisión en abierto de las jornadas de la Liga de Campeones. TVE junto a las que se engloban en la FORTA que es la entidad que reúne a la casi totalidad de las televisiones que funcionan al amparo de los estatutos de autonomía.

Digan lo que quieran decir los irresponsables de sus respectivos gobiernos, se trata de una decisión política. Estos entes no viven de su relación con el mercado, sino de los presupuestos de sus respectivos gobiernos, y camuflar esta decisión como algo de interés general para sus ciudadanos es un ejercicio de cinismo primario. En ETB debe ser una apuesta visionaria sobre un futuro perfecto, ¿cuándo tendremos un equipo jugando esa Liga? Parte del dinero de nuestros impuestos va a servir, por ejemplo, para que el Madrid pueda pagar a Cristiano Ronaldo.

La pregunta de los varios millones de euros: ¿Para qué sirve EITB?