Puede que Martin McDonagh sea el David Mamet inglés, por tratarse de un joven y prestigioso dramaturgo que se pasa al cine, donde apunta a hacer una carrera tan sólida como en los escenarios. Ya comenzó de modo prometedor con su cortometraje «Six Shooter», que ganó el Óscar hace cuatro años. «Escondido en Brujas» es un original thriller con aires de comedia negra, algo así como un cruce entre clásicos de la talla de «Sed de mal» y fórmulas renovadas del género tipo «Pulp Fiction». El debutante ha combinado riesgo y comercialidad, buscando una ambientación insólita dentro del género pero apoyada en actores infalibles. Los irlandeses Brendan Gleeson y Colin Farrell hacen de pareja de matones al servicio de un gángster de Londres, interpretado en un notable cambio de registro por Ralph Fiennes.

Los dos sicarios son enviados por su jefe a la ciudad de Brujas, un lugar perfecto para ocultarse tras cometer un doble crimen demasiado llamativo. Una vez allí, las diferencias de personalidad entre ambos se ponen de manifiesto, pues mientras el uno disfruta de las vacaciones en una ciudad tan llena de cultura, el otro se pone nervioso y no soporta el panorama de unas calles tan vacías y aburridas a la vez que no puede olvidar las imágenes de su último trabajo en Londres. La llegada del capo en persona romperá el compás de espera en un violento y sangriento final.