Las calles de Lizarra fueron ayer de las chicas. Decenas de mujeres y niñas se lo pasaron en grande bailando al son de la marcha «Bajo el doble águila», en el transcurso de la tradicional Bajadica del Puy de este día, en el que, a diferencia de la que se celebra el viernes de comienzo de fiestas, únicamente pueden participar las mujeres.

Minutos antes de las doce del mediodía concluyó la misa en la Basílica del Puy de Lizarra, situada en lo alto de la ciudad, y fue entonces cuando la comitiva popular -formada por los gaiteros, la banda de música y la Corporación municipal- partió en dirección al edificio consistorial. Pero, como todos los años, las estellesas procuraron hacer todo lo posible para ralentizar la marcha y atrasar la hora de llegada al Consistorio.

El pasacalles caminó bastante veloz hasta la calle Valdeallín, donde se topó con un nutrido grupo de mujeres dispuestas a bailar al ritmo del «Bajo el doble águila» hasta que las fuerzas aguantasen. Agarradas por los hombros, madres, hijas e incluso abuelas no paraban de moverse al son del interminable «lalala». Las cuadrillas avanzaban unos pasos para adelante y otros tantos para atrás, de modo que la comitiva iba avanzando poco a poco, a paso de tortuga.

Las mujeres, unidas

La Bajadica del Puy de las mujeres nació «de rebote», a raíz de la pañolada de los hombres que se celebra el domingo, donde la comitiva baja desde la iglesia San Miguel hasta el Ayuntamiento. «Sin duda alguna, la celebración de la Bajadica del Puy de las mujeres es un modo de homenajear a todas las estellesas», comentaba la vecina de Lizarra Juli Bermejo, que había acudido al evento junto a su hija de 11 años.

«Hoy es un día en el que no caben las prisas. Tenemos todo el tiempo del mundo y queremos aprovechar al máximo este momento, que es nuestro, de las chicas», apuntó Juli Bermejo, al tiempo que recalcó la importancia de transmitir esta tradición a las nuevas generaciones. «Creo que es importante que acudamos con nuestras hijas a la Bajadica, para que ellas también se impregnen del espíritu de esta celebración y se esfuerzen por mantenerla en el futuro», explicaba.

Para María Puy Luqui, que se encontraba acompañada de su madre e hija, el ambiente que se vive en la Bajadica de las chicas es «más sano» que el que se respira en la Bajadica del viernes. «Es más tranquilo y no hay tanto alboroto», matizó.

Sobre las 14:00 horas llegaba la comitiva al Consistorio, desde donde la alcaldesa agitó su pañuelo rojo y las mujeres allí congregadas hicieron lo propio, dando por concluido el evento.