La vendetta de Ferrari estaba a punto de consumarse. La escudería italiana por fin podía enseñar su alerón trasero a un McLaren, después de dos grandes premios en los que había tenido que asumir la humillación de los comandados por Ron Dennis. Felipe Massa, que con la victoria casi en la mano se aupaba además al liderato de la clasificación de pilotos, se las prometía muy felices, pero la situación viró en redondo a falta de tres vueltas.

La intensa estela de humo que comenzó a salir de la parte trasera del bólido del brasileño no hizo sino confirmar los peores presagios: había roto el motor de su vehículo y debía abandonar la carrera cuando ya casi se veía pasando por debajo de la bandera de cuadros.

De golpe y porrazo, el castillo de naipes de il cavallino rampante se vino abajo en beneficio de McLaren, que no sólo conseguía mantener su hegemonía en el mundial de pilotos -la remontada de Hamilton le permitió entrar en los puntos-, sino que además obtuvo el estreno de Kovalainen como ganador de un gran premio.

Fue un auténtico varapalo para Massa, que no se mereció tal suerte a la vista del carrerón que protagonizó, especialmente en lo que a la salida se refiere. El carioca partió de la parrilla como una centella, adelantó a los dos McLaren, a punto estuvo de pasarse de frenada en la primera curva, pero consiguió rehacerse, volver a la trazada idónea para evitar su salida de pista e impedir que Hamilton se pusiera en cabeza.

A partir de ahí, las cosas no le pudieron ir mejor al de Sao Paulo. Su ritmo era inalcanzable para el resto de conductores y, para más inri, su inmediato perseguidor, Hamilton, pinchaba y quedaba relegado a la sexta posición, lo que le permitía al brasileño superarle en la tabla de pilotos. Todo iba sobre ruedas para Massa hasta la fatídica vuelta 67, un giro que no olvidará fácilmente en mucho tiempo.

Glock, también protagonista

Heikki Kovalainen fue el que mejor parado salió de todo ese cúmulo de circunstancias adversas que sufrieron los favoritos. Sin tener que sobrellevar el peso de la carrera, aunque con el mérito de mantenerse durante casi toda ella en el segundo puesto, se encontró sin esperarlo con su primera gran victoria.

El otro gran triunfador en el circuito de Hungaroring fue Timo Glock. El joven piloto alemán no sólo confirmó las buenas sensaciones que había dejado en las pruebas de califica- ción, sino que incluso consiguió adelantar tres puestos con respecto a su salida, pasando de la desgracia a la gloria, al subir por primera vez al cajón con su segundo puesto, después de haber sufrido un aparatoso accidente dos semanas antes en el gran premio de su país.

Al final, la carrera hasta resultó positiva para los intereses de Hamilton. Además de mantener su privilegiada posición, aumentó en un punto su ventaja con respecto al segundo -ahora Raikkonen-, distanciándose en cinco del actual campeón del mundo.