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Cristina Fernández no se arrepiente de ninguna de sus decisiones

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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, afirmó el sábado que volvería a repetir cada una de las decisiones que ha adoptado durante sus ocho meses de gestión, incluida la polémica resolución sobre las retenciones móviles a la exportación de granos que derivó en el conflicto con las principales asociaciones agropecuarias, la mayor crisis política de los últimos cinco años.

«Volvería a hacer todas y cada una de las cosas que hice», dijo Fernández en su primera rueda de prensa desde que asumió el poder, en diciembre, y también la primera de un presidente argentino desde 1999.

Añadió que «ustedes y muchísimos argentinos se preguntarán: ¿pero igualmente volvería a impulsar, por ejemplo, la resolución 125 de las retenciones móviles? Y yo les diría que sí, porque, por primera vez, desde el advenimiento de la democracia (en 1983), las instituciones nos hemos puesto a discutir en serio, con posibilidades de ser sancionada, una ley que por primera vez tocaba la redistribución del ingreso».

«Ingenuidad»

Y, en esta misma línea, la presidenta continuó: «la autocrítica que debería hacerme es cierto grado de ingenuidad frente a la reacción de sectores muy poderosos económicamente».

En este sentido, no aclaró cuál será el próximo paso del Gobierno para resolver la crisis con el sector agrario, al que acusó de haber desarrollado una «virulencia sin precedentes» durante el conflicto.

Respecto a si tenía planeado hacer nuevos cambios de ministros tras la marcha del jefe de gabinete la semana pasada, Fernández respondió con un contundente «no». Los analistas y los medios especulaban con más cambios en el Gobierno y las miradas apuntaban hacia el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

La oposición reclama la salida de Moreno, quien carga con demandas judiciales por manipular los datos de inflación y es criticado por usar violentos métodos de negociación. Pero la mandataria defendió al funcionario, que tiene la difícil misión de frenar una inflación que amenaza con salirse de control.

Así, Cristina Fernández evitó la autocrítica en sus respuestas sobre la crisis con el campo, la renovación de su equipo o las relaciones con otros países de la región, entre otras, durante más de hora y media. Pero salvo la seguridad con la que afirmó que no habrá nuevos cambios en su Gabinete y que volvería a repetir todo lo que ha hecho, la presidenta no arrojó demasiadas luces sobre los graves problemas del país, como la inflación y el descrédito de los datos oficiales.

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