Una jornada reivindicativa marca el fin de fiestas de Baiona
El desfile matinal de músicos, gigantes y joaldunak, por un lado, y el homenaje y posterior comida en favor de los prisioneros políticos y el conjunto de represaliados vascos, por otro, fueron las citas finales de unas fiestas muy intensas. El ritmo de este día dedicado a Iruñea no decayó hasta la medianoche, momento en el que el Rey Leon se despidió de todos dejando atrás estos cinco dias de parranda.
Xabi HERNANDEZ |
Intensidad. Esa es la palabra que podría resumir el desarrollo de la última jornada de fiestas de Baiona. Tanto a la mañana como a la noche la gente no paró, muchos ni siquiera para comer, ya que la juerga venía desde el día anterior. A pesar de que han sido de cien horas continuas de desenfreno, los bestazales «murieron matando».
Se notaba algo menos de gente que los dias anteriores; la mayoría, como va siendo costumbre, vecinos de la capital lapur- tarra y algunos venidos de los otros dos herrialdes de este lado del Bidasoa. Tres lugares de la ciudad fueron los que perfilaron la pauta: la iglesia de San Andrés al comienzo, la plaza Patxa al mediodia y la del consistorio en el cierre festivo.
No eran todavía las 11.00 y ya en el exterior de la iglesia se concentraba cerca de un centenar de personas haciendo cola para entrar a misa, a la que no todos lograron acceder pese a tal profesión de fe religiosa. Al finalizar el oficio dio comienzo el habitual desfile, que partió desde el mismo pórtico para arribar a la plaza del ayuntamiento. Txarangas, txistularis, trikitilaris y los gigantes de Amikuze, junto con los joaldunak del Bidasoa, despertaron las calles de Baiona, todos ellos precedidos de los gigantes del Rey Leon, el personaje de las fiestas.
Mención cariñosa a De Juana
Esta procesión festiva fue multitudinaria, pero los grandes protagonistas de la jornada de ayer serían el homenaje y la posterior comida en favor de los represaliados vascos, celebrados ambos en la plaza Patxa de Baiona Ttipia.
El acto comenzó en torno a las 14.00. En el mismo, Askatasuna recordó «la difícil situación» que viven los represaliados, y emplazó a los gobiernos francés y español a «respetar sus derechos», al tiempo que exigía la puesta en libertad de los prisioneros con enfermedades graves o incurables y la de los que han cumplido tres cuartas partes de su condena, como establecen las leyes. Tras leer los nombres de todos ellos, el público los ovacionó y rompió en gritos de «Gora euskal presoak!».
Antes de que unas 300 personas se sentaran en la mesa, Arkaitz Estiballes y Ekhi Erremundegi reclamaron con bertsos que sean traídos a su tierra, Euskal Herria, «cuanto antes».
El día fue también el de la recepción oficial a representantes del consistorio iruindarra, de modo que la bandera verde ondeó todo el día en el balcón del de Baiona. Un «Aupa Iruñea» acompañó al despertar del Rey Leon.
Desfilearen antolatzaile den Besten Batzordeak ofizialki iragarrita ez bazuen ere, Euskal Herrian Euskaraz-eko hainbat kidek, beste hainbat euskaltzalek lagundurik, desfilean sartzea lortu zuten, publikoko zenbaiten txaloak jasoz zein beste batzuen zirikatzea.
«Euskara ofiziala! Hemen eta EH osoan» zioen pankartaren atzean zihoazen kide batzuek ahoa bandera frantsesaren koloreak zituen zapiaz estalita zeramaten. Guztien aurrean beste bat agintari frantses baten itxurak egiten zihoan, ironiaz jendea agurtzen. Beste eskuan Konstituzioan berriki egin den aldaketa kritikatzen zuen frantsesez idatzitako afixa zeraman.
Kolektiboak salatu zuenez, «euskarak benetako aldaketa behar du» eta ez «Frantziako ondare izendatua» izatea. Halaber, Herriko Etxe guztietan «euskararen deliberoak eta normalizazio planak onartu eta garatu» ditzatela aldarrikatu zuten. X. H.