Las labores de rescate en las faldas del K2 prosiguieron durante la jornada de ayer en medio del baile de cifras acerca del número de personas siniestradas. En declaraciones recogidas en el blog de su expedición (www.k2-broadpeak.com), el alpinista gasteiztarra Alberto Zerain mantenía la cifra de once fallecidos.

«Hay gente por arriba bajando heridos, congelados... El número de muertos creo que es de once y el resto, heridos graves por congelaciones, que les están bajando todavía en una situación caó- tica», narraba el alavés.

«Hay once muertos fijo... bueno, fijo nueve y dos desaparecidos... me dicen que mañana [por hoy] les darán por muertos. Hay sherpas bajando a gente que está congelada. Todo el mundo que ha hecho cumbre, o ha muerto o ha bajado con congelaciones. Para mí es una situación difícil de digerir», explicaba.

En principio, Zerain tenía previsto intentar en los próximos días subir a la cima del Broad Peak, que sería su séptimo ochomil. Sin embargo, este gravísimo suceso ha hecho variar los planes de su grupo, que hoy mismo comenzará su viaje de retorno hacia Euskal Herria.

Según la agencia Efe, los fallecidos serían un montañero serbio, uno noruego, tres coreanos, dos sherpas nepalíes y dos porteadores de altura pakistaníes, mientras que los desaparecidos serían un francés y un irlandés. Esta misma fuente añadió que el accidente se produjo por el desprendimiento de un bloque grande de hielo, que mató a un expedicionario y arrastró una cuerda fija. Un grupo de entre 25 y 30 escaladores que estaba por encima de ese punto se quedó entonces aislado y con muy pocas posibilidades de hacer un descenso seguro.