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Fiestas de la Virgen Blanca

El txupinazo y Celedón dan inicio al jolgorio ante más de 40.000 testigos

Aunque hay cosas que no cambian, como un txupinazo que suena puntualmente a la seis y un Celedón que surca una abarrotada plaza después de descender de la torre, cada bajada es diferente. La de ayer, por lo menos, consiguió volver a emocionar tanto a gasteiztarras como a visitantes. Y es que, qué mejor señal que el personaje de Zalduondo que con su visita augura seis días y otras tantas noches de fiesta sin descanso en Gasteiz.

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Itziar AMESTOY | GASTEIZ

Aunque el sol que lucía y calentaba Gasteiz al mediodía sólo invitaba a quedarse a la sombra, desde dos o tres horas antes de las 18.00 oleadas de jóvenes iban desembocando en el centro, en la Virgen Blanca, con todo lo necesario para la ocasión. De hecho, viendo el cargamento de botellas con el que acudían a la esperada cita, era fácil intuir que la llamada del alcalde de Gasteiz, Patxi Lazcoz, a que no se siguiera la tradición de descorchar champán en la bajada no había tenido la respuesta esperada.

A medida que se acercaba la hora, todos los que se habían juntado en la plaza miraban ansiosos el reloj. Las únicas que se mantenían impasibles eran las agujas de San Miguel, empeñadas en ir más despacio que nunca. Pero al final, el ansiado momento siempre llega. Sonaron las seis, Antonio González, de la asociación Las Cuatro Torres, encendió el txupin y el jolgorio se apoderó de la plaza, incluso superando al que reinaba durantes las más de dos horas de espera. A partir de ese momento, los gritos, saltos y los celedones han hecho una casa nueva dejaron a un lado todas las preocupaciones o formalidades.

Celedón se asomó desde la torre de San Miguel y sobrevoló la plaza ante misiles de corchos de botellas lanzados al aire con la ingenua intención de que alcanzarán al muñeco. Sano y salvo, sin embargo, alcanzó el portal de la calle Postas para que Gorka Ortiz de Urbina lo sustituyera, como ya viene haciendo durante ocho años consecutivos. Y allí empezaba el que será el momento más esperado, a la vez que temido, por el Celedón de carne y hueso. Surcar la plaza no tiene que ser una tarea fácil, más si reina el mito de que quien te toque liga durante las fiestas. Por si acaso, Gorka cuenta con unos buenos acompañantes desde al año pasado, el primero en el que la fanfarre Bihotzatarrak sustituyó al cuerpo de la Policía Municipal. Aún y todo, los empujones e intentos de hacerse con alguno de los elementos que adornan al personaje de Zalduondo se sucedieron durante el paseo hasta la balconada. Tanto es así, que la distancia se duplica debido a que la marea de gente obliga a Celedón a acercarse hasta San Miguel haciendo eses, estilo que será imitado sin lugar a dudas a lo largo de los seis días de fiestas que quedan.

Reposo y a saludar

Una vez arriba, Gorka Ortiz de Urbina, se tomó el descanso de rigor para recolocarse la txapela y refrescar la garganta, aunque el paraguas, por una vez, no tuvo que ser remplazado, ya que llegó intacto. Una vez repostado, se puso el único elemento que le faltaba: el pañuelo, en su caso, rojo. Pero a esas alturas de la bajada ya nadie recuerda la tradicional discusión entre la autenticidad del de cuadros o el rojo. Después de ataviar a Patxi Lazcoz, se acercó a los dos txupineros Antonio González, como representante de la asociación de jubilados Las Cuatro Torres, y Luis López de Sosoaga, presidente de la Institución «Biznietos del Celedón».

La de este año ha sido la segunda ocasión en el que la función de lanzar el cohete no se quedó en manos de representantes políticos y se cedió a agentes sociales. El año pasado, al celebrarse el 50 aniversario de la bajada, fueron los cuatro veteranos que la idearon quienes tuvieron el honor. Este hecho supone un cambio, aunque representantes de la izquierda abertzale señalaron en una comparecencia previa a las fiestas, no alcanza el carácter popular y participativo que quisieran ya que son los mismo ediles quienes nombran, a través de la junta de portavoces municipales, a los txupineros.

En la plaza, por su parte, sólo esperaban un momento, en el que Celedón por fin se asomará a ante la multitud y, con su saludo, dejara inauguradas del todo las fiestas. Y así fue. Salió a la balconada y gritó: «Gora Andra Mari Zuriaren jaiak, Gora Celedón» y cantó emocionado su himno. También tuvo un emotivo recuerdo para aquellos y aquellas que no están que, en su caso, iba dirigido especialmente al que fuera primer Celedón Jose Luis Isasi, que falleció un mes después del pasado 4 de agosto, cuando también protagonizó el discurso de la bajada.

«Ha hecho una plaza nueva»

Una de las grandes novedades que se destacaban ayer es que Celedón estrenaba plaza, incluso hubo quien cambió el sentido de la mítica canción y aseguraban que «Celedón ha hecho una plaza nueva». Pero la verdad es que en el momento de la bajada, la imagen era casi idéntica a la de años anteriores. Era debajo de la multitud donde se escondía una plaza doblemente remodelada. Por un lado, están las obras que durante meses la han transformado, pero hubo una segunda mutación que sufrió la plaza para el mismo día de ayer.

Desde la mañana, operarios municipales se encargaban de desmontar las futuristas farolas de la parte trasera y de tapar con chapas metálicas las fuentes. Aunque, a decir verdad, habrá pocos días como el sofocante de ayer en el que las fuentes fueran tan deseadas.

Por si acaso, los bomberos se personificaron para regar a la multitud. Otras de las novedades que descataban desde el Consitorio, era la nueva réplica de la Virgen Blanca que ocupaba la hornacina desde el pasado viernes, día para el que se preparó un dispositivo que incluyó desde una plataforma en la balconada hasta el corte de las calles contiguas durante dos horas.

El despliegue de policías municipales, bomberos y personal sanitario que tuvo lugar durante la jornada de ayer llegó a los 230. Entre ellos, también se encontraban los encargados de intentar limpiar los restos de tanta alegría. Además de los 15 contenedores colocados por la plaza para como ayuda a los operarios de limpieza, hicieron falta camiones para dejar la plaza impecable, ya que a las 22.00 horas tenía que estar presentable y poder acoger así la Procesión de los Faroles que, aunque había cambiado su recorrido debido a las obras del tranvía, no faltó a su paseo.

Con la plaza limpia o no, una vez que Celedón había inaugurado las fiestas cada uno decidió cómo empezar su particular semana de jolgorio. Y es que una vez que este querido personaje ha bajado, y las fiestas han empezado, durante seis días y noches casi todo vale.

TXUPINERoak

Bigarren urtez, ez ziren politikariak izan txupinazoa pizteko arduradunak. Hala ere, ezker abertzaleko kideek zehaztu zutenaren arabera, honek ez du jaien nortasun herrikoia lortzen, udaletxeko zinegotziak erabakitzen baitute zeinek botako duen.

Plazan aldarrikapenerako tartea egon zen urtero legez

Zeledonen jaitsieran ere aldarrikapenerako lekua egon zen. Jendetzaren artean, besteak beste, ikurriña eta presoen aldeko ikurrekin batera, Euskal Herriaren askatasuna eta autodeterminazioa aldarrikatu, amnistia exijitu, salbuespen egoera salatu eta «esplotatzaileak eta lapurrak» kritikatzen zituzten pankartak zeuden. GARA

ISASIREN OROIPENA

Zeledonek balkoiaren goialdetik jaiei ongietorria emateaz gain «utzi gaituztenentzako» oroimena luzatu zuten gasteiztarrei. Jose Luis Isasiri buruz ari zen, lehenengo Zeledon, hain zuzen, hau izan baita bera gabeko lehen jaitsiera.

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