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Abelin Linazisoro escritor en la lengua más antigua de Europa

Carta abierta a un nacionalista español

Voy a permitirme el contestar a un escrito de Arturo Pérez-Reverte, publicado en «El Semanal» («La hostería del Chorrillo») hace ya tiempo, labor que he ido posponiendo por diversas razones.

Es increíble cómo muchos españoles inteligentes y progresistas, cuando os da por ensalzar vuestro patriotismo, siempre os olvidáis de que en vuestra querida piel de toro existen otras naciones no precisamente españolas. En tu escrito dices: «...en Nápoles no soy extranjero; ningún español lo es. Desde Alfonso V de Aragón y durante trescientos cincuenta años, nuestra presencia fue intensa y constante, sobre todo en los siglos XVI y XVII, cuando esta ciudad y su entorno eran tan españoles como Andalucía, Vizcaya o Cataluña». Pues qué bien, querido escritor Pérez-Reverte. Ahora resulta que para pertenecer a una nación no tiene ninguna importancia la lengua de esa nación, ni su cultura, ni su proceso histórico, ni la conciencia subjetiva de sus ciudadanos de pertenecer a una comunidad diferenciada, sino que lo que prima es el derecho de conquista.

Dices que Nápoles y su entorno eran tan españoles como Andalucía, Vizcaya y Cataluña. Es deplorable que tú y los que piensan como tú tengáis la necesidad de eliminar naciones para sentiros españoles. Uno, si fuera español con poder político, lo primero que haría sería decirles a gallegos, catalanes y vascos que pueden independizarse de España, y así todos seríamos felices. España no tendría esa sobrecarga económica y política tan inmensa que incluso le hace olvidar sus propios problemas al intentar eliminar por todos los medios lo vasco, lo catalán, lo gallego... y así, al no gastar tanto dinero y energía en esos menesteres, podría dedicarse a elevar el nivel económico y cultural de su propio pueblo. Las relaciones entre el pueblo español, vasco, catalán, gallego y andaluz serían de igual a igual. Más amistosas que ahora, seguro. Las relaciones económicas, importación, exportación... y las relaciones culturales serían fluidas y, no te quepa la menor duda, el propio pueblo español sería más libre. Y, lo que es más importante, estaríamos parejos con los tiempos que corren. No olvidemos que el siglo XX y estos primeros años del XXI han sido, y esperemos que sigan siendo, los de la aparición de pequeñas naciones que estaban sojuzgadas por grandes estados.

Dices que Bizkaia era española. Pues qué bien. Y para intentar demostrar la españolidad de Nápoles dices que: «...durante trescientos cincuenta años, nuestra presencia fue intensa y constante». ¿No había armas en esa presencia intensa y constante? ¿El hecho de que un Borbón fuera rey de Nápoles y de España transforma a Nápoles en española? ¿Y por qué no a España en napolitana? Es increíble que tú pienses que Nápoles era española y no quieras saber que el Reino de Navarra, que agrupaba las actuales provincias de Nafarroa, Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, Lapurdi, Behe-Nafarroa, Zuberoa, más La Rioja y parte de Huesca y Burgos, fue un reino que con la dinastía pirenaica duro 500 años (la primera nación-estado de la península). Ni tampoco querrás saber, me imagino, que si en el siglo XIII Araba, Bizkaia y Gipuzkoa quedaron bajo la protección del rey de Castilla, conservando los fueros navarros a cambio de intereses económicos, fue por simple conquista militar. ¿Has oído alguna vez que las luchas por el poder entre oñacinos y gamboínos, agramonteses y beaumonteses fueron porque este poder era el de los traidores (aliados a la corona de Castilla) contra el de los que querían recuperar o mantener el reino de Navarra? ¿No has oído hablar de las continuas luchas de los navarros contra el invasor (Castilla-España) a partir de 1512? ¿Tampoco que en la primera (1833-39) y en la segunda guerra carlista (1872-76) se luchó en las cuatro provincias de la Euskal Herria peninsular por el derecho a seguir siendo vascos y no por el sistema feudal, como en España? Las consecuencias de la pérdida de las guerras carlistas fue, entre otras cosas, el traslado de la frontera vasca del Ebro a Irun, la libertad para exportar mineral de hierro de Bizkaia, con una política económica esquilmadora (los fueros vascos prohibían la exportación sin control, y con la pérdida de los fueros se exportaron montes enteros para la revolución industrial inglesa, hierro que tal vez se hubiera usado para nuestra propia revolución industrial), el control español de las costas, sustitución de los secretarios de ayuntamientos por los traídos de España, la obligatoriedad del servicio militar español, la prohibición de la enseñanza en euskara en las escuelas, etcétera, etcétera.

Nuestro proceso de desnacionalización e intento de eliminación de nuestra lengua nacional, el euskara, empezó con los reyes castellanos, se afianzó después de la derrota en las dos guerras carlistas y se intentó darle la puntilla en la guerra de 1936-39 y la posguerra franquista, con un intento, diríamos, genocida, ya que el genocidio, compañero escritor, no creo que se dé únicamente en los casos de eliminación física de pueblos enteros, sino también en la eliminación de culturas y lenguas.

Nunca he comprendido por qué queréis que nosotros seamos españoles. ¿Qué bien os aporta ello? ¿Sois más felices diciendo que los vascos, catalanes, gallegos... somos españoles? ¿Es un deshonor para el español decir que dentro del Estado español hay naciones con una cultura, una lengua y un proceso histórico distinto que el español? ¿Es una cuestión de orgullo? ¿Qué orgullo? ¿El del que tiene tres ejércitos, cañones, tanques, aviones, misiles, buques de guerra y policía de todos los colores? ¿El orgullo de conquista por habernos sojuzgado en varias guerras? Para nosotros, en cambio, no es cuestión de orgullo, sino de identidad. De seguir existiendo con nuestra lengua, el euskara, y de desarrollar en libertad nuestra propia cultura. Pero mucho me temo que vayamos camino de la desaparición como pueblo diferenciado. La crueldad y saña con que se está juzgando en Madrid y encarcelando sin pruebas a decenas de ciudadanos vascos, con la inestimable ayuda por activa o por pasiva del PNV, por el simple hecho de ser independentistas, nos da cierta base para pensar que lo que busca el poder español es eliminarnos como nación.

Para terminar tal vez debería hacerte recordar: 1.- Que Noruega y Suecia, Chequia y Eslovaquia... se separaron amigablemente. Y si ha habido tanto derramamiento de sangre en la antigua Yugoslavia, ¿no habrá sido precisamente porque las grandes potencias no quisieron que se aplicara en ese territorio el principio del derecho de los pueblos a la autodeterminación?

2.- Que la constitución española se aprobó entre franquistas y la nueva clase política española para que no hubiera una ruptura democrática y siguiera existiendo el franquismo encubierto que actualmente padecemos, y que dicha constitución se boicoteó en Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa. Que las constituciones suelen ser provisionales y unidas a un momento político concreto y no dogmas de fe. Que esa constitución nos impide, por un lado, nuestro libre desarrollo como pueblo diferenciado, ya que nos obliga a aprender un idioma extranjero(el que estoy usando en este momento) y únicamente nos da el derecho, continuamente pisoteado, a usar el euskara, y por otro lado pone al Ejército español como garante de la unidad de vuestra España. Creo que la España «Una, Grande y Libre» del criminal Francisco Franco no ha muerto.

3.- Que el pueblo español no es quién para decidir nuestro futuro, igual que el pueblo francés, por ejemplo, no lo es para decidir lo que conviene a los españoles, y que el «sano regionalismo» que potenciaban los franquistas es muy parecido a lo que persiguen actualmente el PP, el PSOE y el PNV.

Por último, quisiera hacerte ver, que: a) Nosotros ya éramos pueblo no solamente antes de la existencia de España, sino antes de los romanos y que: b) Nuestra conciencia nacional, potenciada por la creación del estado-nación navarro, ya estaba presente en los libros escritos en euskara de los siglos XVI y XVII, como así lo prueba el uso de la palabra Euskal Herria en ellos.

Si el patriotismo español se afianzó y consolidó en las luchas contra el emperador Bonaparte, en la llamada Guerra de la Independencia, y lo veis como algo normal, ¿por qué no tenéis la misma mirada para ver el afianzamiento y posterior consolidación de la conciencia nacional vasca durante las dos guerras carlistas, que también fueron guerras de independencia? ¿Vosotros sí podéis ser patriotas españoles y nosotros no patriotas vascos?

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