Trichet advierte que, hasta final de año, el crecimiento será «especialmente débil»
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, consideró ayer que los tipos de interés en el 4,25% contribuirán a lograr la estabilidad de los precios en el medio plazo, lo que, a juicio de analistas, aleja la posibilidad de una subida del precio del dinero en setiembre. Tras el Consejo de Gobierno de la entidad, que acordó no modificar los tipos, Trichet subrayó que el crecimiento económico será «especialmente débil» hasta final de año.
GARA |
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) «no tiene una predisposición» sobre los tipos de interés, según indicó ayer su presidente, Jean-Claude Trichet.
Después de que el máximo órgano ejecutivo del banco europeo dejara inalterada la tasa de interés rectora en el 4,25% -su nivel más elevado de los últimos siete años-, Trichet hizo hincapié en que su principal objetivo es mantener la estabilidad de precios en los estados que comparten el euro y que hará lo que sea necesario para lograrlo.
El Banco de Inglaterra mantuvo también ayer los tipos de interés en Gran Bretaña en el 5% y la Reserva Federal estadounidense (Fed) los dejó en el 2% el pasado martes. Los bancos centrales de todo el mundo se enfrentan actualmente a una difícil situación, un aumento de la inflación con una ralentización económica importante, y deben conseguir el equilibrio entre estas dos tendencias con sus políticas monetarias.
Pese a que el precio del petróleo ha caído en las últimas semanas, Trichet reiteró que existen riesgos al alza para la estabilidad de precios. A su vez, el máximo responsable del BCE se mostró impresionado por el reciente colapso en algunos indicadores económicos mensuales de la zona del euro.
Trichet no respondió con un no a la pregunta de si el BCE prevé que la economía de la zona del euro entre en recesión. Señaló que los últimos datos apuntan a un debilitamiento del crecimiento económico de la eurozona en la mitad del presente año, aunque afirmó que esta desaceleración era «esperada» y en parte responde a una corrección técnica tras el «excepcionalmente robusto» crecimiento económico del primer trimestre. «El segundo y tercer trimestre serán especialmente débiles», manifestó Jean-Claude Trichet, quien, no obstante reiteró que los fundamentos económicos de la eurozona son «sólidos».
El índice de gestores de compras del sector manufacturero de la zona del euro cayó en julio hasta el 47,4%, el nivel más bajo desde junio de 2003, , según datos del Royal Bank of Scontland y Markit.
Si este indicador se sitúa por debajo de 50 puntos indica una contracción de la actividad de este sector industrial.
Salarios y precios
Trichet volvió a mirar a los sueldos de los trabajadores y señaló que «el consejo de gobierno observa la fijación de precios y las negociaciones salariales en la zona del euro con particular atención».
El banco europeo considera que «el cambio en los precios relativos y la transferencia de los ingresos de los países importadores de materias primas a los exportadores requiere un cambio en el comportamiento de los hogares y las compañías».
Esto significa que, según el BCE, los hogares y las empresas deben aceptar la subida de los precios de la energía, los carburantes y los alimentos como consecuencia del encarecimiento del crudo y otras materias primas.
Las declaraciones de Jean-Claude Trichet, que mostraron la disposición del Banco Central Europeo a dejar inalterado el precio del dinero los próximos meses, arrastraron al euro a la baja más de un centavo de dólar hasta los 1,5355 dólares.
El Banco de Inglaterra tampoco modificó los tipos de interés en Gran Bretaña y los mantuvo en el 5%. Días antes, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dejó el precio del dinero en el 2%
Jean-Claude Trichet indicó que los últimos datos apuntan a un debilitamiento del crecimiento económico en la zona euro en el tercer y cuarto trimestre, que serán «especialmente débiles»
El mundo sufrirá una fuerte crisis de suministro de petróleo en un plazo de cinco a diez años a menos que se produzca una caída drástica de la demanda global, según concluye un nuevo informe del Royal Institute of International Affairs, de Londres, también conocido como Chatham House, que predice que como consecuencia el precio del crudo podría llegar a superar los 200 dólares el barril.
Según su autor, Paul Stevens, las inversiones en nuevos suministros han sido hasta ahora y seguirá siendo insuficientes. Ello se debe en parte a que se incentiva el pago de dividendos a sus accionistas por parte de las multinacionales en detrimento de las inversiones que serían necesarias.
El informe recomienda ayudar a los productores a gestionar mejor los recursos, acoger también mejor los fondos soberanos e integrar a los países de la OPEP en el mecanismo de emergencia de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). La capacidad excedente de los países productores podría incluirse en los inventarios de la AIE, aunque a cambio se les garantizaría que tendrían siempre la primera opción en caso de que hubiera que recurrir a las reservas por una crisis. El resto de las reservas controladas por los miembros de la AIE se emplearía sólo una vez agotadas las de la OPEP.
Otro factor que contribuye al encarecimiento del petróleo, según el informe, es la resistencia de los gobiernos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a intervenir en los mercados energéticos.