GARA > Idatzia > Iritzia > Gaurkoa

Sabino Cuadra abogado

Resfriados y pulmonías forales

La crisis no afecta a todos por igual. El autor parte de esta premisa y constata así que si el intenso frío con el que se puede identificar la crisis amenaza con pulmonía a quienes se enfrentan a ella con una simple chaqueta, para aquellos que disfrutan de una confortable calefacción puede suponer, como mucho, un leve resfriado. Y en este contexto sitúa la decisión del presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, de congelar su sueldo y el de los altos cargos de la administración que dirige. Una medida que sólo toma su verdadera dimensión conociendo la cuantía exacta de sus sueldos, los onerosos ingresos por participar en consejos de administración, las cesantías, las copiosas dietas...

Dicen que la economía se ha resfriado. Es una forma de hablar. En cualquier caso, de ser así, lo que nos muestra el día a día es que cada vez que ésta estornuda, varias decenas de miles de personas pierden su empleo y unos cuantos cientos de miles de familias deben aportar novecientos euros anuales adicionales a lo que ya estaban pagando por su hipoteca. Eso sí que es toser.

Enfriarse, como calentarse, es algo muy relativo. Todo depende de la temperatura de partida. En nuestro caso, de la temperatura social inicial. Así, mientras que un descenso del termómetro puede no suponer nada para quien goza de confortables calefacciones, a aquel que vive a la intemperie le puede producir una peligrosa pulmonía. La temperatura baja igual para todos, pero mientras unos aprovechan esto para ir a esquiar a estaciones de lujo, otros se joden de frío yendo de obra en obra buscando un trabajo que ya no existe.

Ante esta situación, Miguel Sanz, nuestro ínclito presidente, ha decidido coger el toro por los cuernos y, como virtuoso político que es, no sólo se ha puesto en vena la primera vacuna, sino que ha ordenado que todos los de su peña se metan un pico de lo mismo. Con gesto que transmitía responsabilidad y compromiso, Sanz ha anunciado la congelación para 2009 de su propio sueldo, el de sus consejeros y el de los 150 altos cargos de la Administración, encomiables personas todas ellas, dispuestas, como él, a predicar con el ejemplo en estos tiempos de crisis e incertidumbres.

De lo que no ha hablado el presidente es de la subida de 12.000 euros que, por encima del IPC, él y sus consejeros aplicaron hace cinco años a sus sueldos (75.000-80.000 euros en 2008); o de los ingresos que obtienen por su participación en los consejos de administración de las varias decenas de empresas públicas que posee el Gobierno de Navarra, en las que muchos de esos consejeros, directores generales y demás altos cargos, poseen una, dos, tres... y hasta nueve poltronas; o de las «cesantías» que hace poco más de un año se autorregalaron, en virtud de las cuales cobrarán durante los dos años posteriores al cese en sus cargos un 80% del sueldo correspondiente a un director general; o de los substanciosos gastos derivados de todas esas comidas de cinco estrellas y alguna que otra constelación (el propio Sanz ha reconocido que sus cenas cuestan 400 euros) en las que a los postres, copas y habanos solucionan tantos y tantos de los problemas que nos afligen a la gente de a pie de esta bendita y aforada tierra.

Junto a ese apretón de cinturón para todos esos sufridos altos cargos, Sanz se refirió también a la congelación de la plantilla de personal del Gobierno de Navarra y a la supresión de la cobertura automática de vacantes y sustituciones inferiores a tres meses derivadas de licencias, bajas maternales y médicas, etc...

Se anuncian así malos tiempos para ese tercio del personal -varios miles de personas- que hoy en día vive de precario en la Administración y que, hecho curioso donde los haya, hace que nuestra Comunidad sea la única del Estado en la que la tasa de temporalidad en el sector público es mayor que la existente en el sector privado. O sea, conclusión, como en tantas otras cosas, el Gobierno de Navarra, en vez de dar ejemplo, lo que da es vergüenza.

Unido a lo anterior, Sanz y su Gobierno han congelado el gasto fijado en distintas partidas presupuestarias a fin de ahorrar 150 millones de euros. Ninguna de ellas afecta a sus dietas, gastos de representación y similares, pero sí a las subvenciones y ayudas a percibir por muchos colectivos y entes sociales. De todas maneras, si en los presupuestos de este año 2008 no se hubiera rebajado en 54 millones de euros la cantidad que las empresas debían aportar a través del impuesto de sociedades, buena parte de ese recorte sería innecesario.

Igualmente, si el impuesto sobre el patrimonio no fuera suprimido, habría más dinero en las arcas públicas para hacer frente a esta situación y, en general, si los impuestos en vez de ser cada vez más generosos con el capital fueran más exigentes con éste y el Gobierno no consintiera el escándalo del fraude fiscal empresarial existente, tendríamos ahora suficientes reservas vitamínicas para hacer frente a este resfriado del que nos hablan.

A pesar de saber que la inflación del 2008 rondaría un 5%, la subida salarial del personal de la Administración ha sido tan sólo de un 2%. Existen fundadas razones para pensar que el Gobierno de Navarra, tras poner como ejemplo su propia congelación, pretenda meter el cazo de su cacareada responsabilidad en ése 3% restante, a fin de poder compensar buena parte de sus rotos y descosidos. Por otro lado, la congelación de gastos de sustituciones por bajas, licencias, permisos, etc..., no podrá sino recaer sobre el resto del personal.

Y así, sin comerlo ni beberlo, a pesar de que Navarra es la Comunidad -y con ella su Administración- donde menos ha subido el sueldo medio desde el año 2000 (Instituto Nacional de Estadística dixit), tendremos que ser los trabajadores y trabajadoras quienes cojamos una pulmonía para evitar que nuestros patrones y señoritos estornuden siquiera una sola vez.

Eso sí -lo ha dicho Sanz-, habrá mas ayudas para las multinacionales que vengan a Navarra, más deducciones de impuestos y facilidades para las empresas afincadas, se mantendrán los proyectos acordados con los mandamases del cemento y las obras públicas, el TAV contará con todas las prioridades del mundo y seguirá adelante el disparatado proyecto de Guendulain para mayor gloria del señor Conde y beneficio de sus promotores.

El presidente del Gobierno, sus consejeros y toda la corte celestial foral se han congelado el sueldo para 2009. ¡Pobricos! Lo dice el refrán: decidme de qué responsabilidad presumís, que yo os diré de qué vergüenza carecéis.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo