El pueblo y la fiel afición de Agoitz rindió ayer un merecido homenaje a Patxi Eugi, que disputó en el frontón Toki-Eder de la localidad navarra su último partido como manista profesional. El delantero no pudo despedirse con victoria -cayó 22-20 con Lasa III contra Irujo y Nalda III-, pero dejó claro que, por juego, podría haber seguido otro par de años en lo más alto sin demasiados problemas.

Y es que el agoizko no ha parado de repetir en los últimos años que su sueño era retirarse en lo más alto, sin la sensación de arrastrarse en el profesionalismo. Ciertamente, lo ha conseguido. En su último partido ofreció un buen recital de tantos y fue el mejor del terceto hasta el fatídico 14-13, en el que el navarro sufrió una lesión. Tras retirarse a vestuarios, Eugi decidió seguir jugando, si bien su rendimiento bajó notablemente desde entonces.

Es verdad igualmente que sus compañeros de viaje llegaban a la cita de Agoitz con un desgaste considerable. El caso más extremo podría ser el de Irujo, que tras jugar el mano a mano contra Aimar Olaizola el viernes por la noche, volvió a vestirse de blanco ayer en Zaratamo. Jugó su tercer partido consecutivo en tres días. Qué decir de Oskar Lasa, que el sábado protagonizó la trepidante final de La Blanca y ayer volvía al «ruedo». Destacar que el de Etxarri-Aranatz sustituía a Abel Barriola, también cargado de partidos.

«Llevaba mes y medio sin jugar y nunca sabes cómo vas a responder. Creo que ha sido un buen partido, una pena mi lesión al final. Ellos han jugado bien, no he podido ganar en mi despedida, pero me quedo con el frontón lleno y el ánimo de mis paisanos», agradecía Eugi terminado el partido y tras ofrecer su camiseta a un seguidor.

«Mucha gente detrás»

Una vez finalizado el encuentro, Patxi Eugi se convirtió, como no podía ser de otra manera, en el gran protagonista de la tarde recibiendo uno de los homenajes más completos que se recuerdan sobre una cancha de pelota. Amenizado por la actuación de dos txalapartaris, el acto más emotivo fue la presentación de la imagen de Eugi sobreimpresionada en el rebote del frontón agoiztarra.

Tampoco faltaron a la cita familiares, pelotaris y botilleros. Entre los primeros, Eugi estuvo escoltado siempre por su madre y su esposa, con sus dos hijos uniéndose al grupo muy poquito después. Entre los segundos, el delantero navarro quiso obsequiar con un pequeño recuerdo a los siete pelotaris que le acompañaron en su último festival como pelotari profesional. En cuanto a los botilleros, mención especial para Martín Ezkurra, que tampoco quiso perderse tan especial cita.

Y para dar el colofón al acto, no podían faltar las palabras de Patxi Eugi. «Para un deportista siempre es muy importante sentir que tiene gente detrás, que la afición te apoya. En mi caso, en todas las finales, en todos los partidos, siempre me ha seguido mucha gente y doy las gracias por ello a todos los que habéis venido hoy», destacó Eugi con una tranquilidad sorprendente en él. Poquito antes, y en ese sentido, el presentador había recordado con humor el habitual «zuei» con el que el pelotari devolvía las gracias de Euskitze en las entrevistas.

Se va, por tanto, una de las grandes figuras de las dos últimas décadas. Un símbolo de las modalidades individuales (mano a mano y Cuatro y Medio) que pasará a la historia por su palmarés y por su personalidad.