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NATACIÓN Segunda jornada

Phelps y Rice dan lustre al oro de 400 estilos con sus marcas

El fenómeno de Baltimore logra el primero de sus ocho objetivos en el Cubo. La australiana cambia los planes de Hoff. Tres récords del mundo y seis europeos mantienen la abundante cosecha del año.

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Miren SÁENZ | DONOSTIA

Prueba superada. A la natación no le importa madrugar, los nadadores lo han hecho siempre en su rutina diaria. Otra cosa es que intereses económicos hayan modificado el guión en favor de los estadounidenses puesto que la cadena NBC, uno de los principales sponsors del Comité Olímpico Internacional (COI), hizo valer su posición para que su audiencia pudiera disfrutar de las hazañas de Michael Phelps en prime time.

A juzgar por los resultados de la primera jornada matinal: dos récords mundiales, además de mejoras en topes europeos, asiáticos y americanos, el cambio de horario no ha resentido las marcas. Las plusmarcas universales cayeron en la prueba de 400 estilos. y con la masculina Phelps adornó el primero de los ocho oros que pretende colgarse en Beijing. El de Baltimore empezó con una de las pruebas más duras y complejas del calendario, la que corona al nadador más completo. Ayer mejoró por octava vez en su vida el récord del mundo en una final memorable, con Ryan Lochte pisándole los talones. Le apretó lo suficiente y la megaestrella le metió un buen mordisco a su récord -4:03.84 por 4:05.25- y después pagó el esfuerzo ante el empuje del húngaro Cseh, plata con récord europeo, que le desplazó al bronce.

«Quería hacer 4:03, pero para ser sincero no me sentía bien: sabía que iba a necesitar una buena braza, cuando giramos juntos en el muro», aseguró Phelps. Lochte comparte con él amistad, edad -ambos tienen 23 años-, la pasión por las hamburguesas y estos días apartamento en la Villa Olímpica. Quizás el largo reinado del de Baltimore en los 400 estilos toca a su fin. Lleva desde 2002 dominando la disciplina y tras colgarse el oro dejó caer que si todo va bien se planteará otras metas. Se supone que lo de «ir bien» es batir la marca de Mark Spitz de ocho oros en los Juegos de Múnich'72. Por cierto que su afamado compatriota está molesto por no haber sido invitado oficialmente a Beijing.

Así que la leyenda no pudo presenciar en directo la exhibición de su sucesor. Sí lo hizo el presidente George Bush, ondeando la enseña de las barras y estrellas mientras su himno acababa antes del tiempo en la ceremonia del podio con un ganador encantado. También, la familia del campeón encabezada por su madre.

Comer, dormir y nadar

El maratón de carreras prosigue así que el de Maryland se va a dedicar a «comer, dormir y nadar. Esto es todo lo que puedo hacer. Tomar algunas calorías y tratar de recuperarme lo mejor que pueda», admitió. Horas después se reservó en las series de los 200 libre. Cumplió con el cuarto mejor registro y con un tiempo de 1:46.48 solventó la papeleta y se fue a descansar.

Así que se saltó la clasificatoria para el relevo, una carrera menos, y sus compañeros de equipo aprovecharon para batir el tercer récord del mundo acuático en lo que va de Juegos. Nathan Adrian, Cullen Jones, Ben Wildman-Tobriner y Matt Grevers demostraron el nivel de la natación estadounidense que incluso con algunos suplentes es capaz de mejorar la plusmarca mundial. El equipo francés estableció un nuevo récord continental. Pero no todo fueron alegrías en el equipo del Tio Sam. Las holandesas, por ejemplo, desplazaron a la plata a las relevistas estadounidenses y Stephanie Rice se encargó de aguarle la fiesta a Katie Hoff.

La australiana obtuvo su primera medalla olímpica, después de ser bronce en un par de Mundiales, además de recuperar la plusmarca en los 400 estilos femeninos. Se la quitó a Katie Hoff con la que mantiene un toma y daca por la marca. Desde ayer están empatadas, con dos veces para cada una. La estadounidense, de 19 años, es casi tan ambiciosa como su compatriota Phelps y va a participar en media docena de pruebas. La primera se le quedó en bronce porque Rice, de 20, voló perseguida también por Kirsty Conventry, la representante de Zimbabwe para ser la segunda mujer en la historia en bajar de 4:30.

El surcoreano Taehwan Park dominó un 400 libre muy asiático, con el chino Lin Zhang en la plata. El campeón mundial es ahora el olímpico, un puesto por el que suspiraba Grant Hackett. Solo sexto, y muy decepcionado el australiano, que hace unos días se quejaba de la persecución a la que le habían sometido los medios de comunicación coreanos, volverá a encontrarse con Park en el 1.500 donde pretende su tercer oro.

Dara Torres alcanza su medalla número 10 a los 41 años

Dara Torres volvió al podio a los 41 años. La estadounidense obtuvo su décima medalla. Sólo las noruegas Inge Dekker, Ranomi Kromowidjojo, Femke Heemskerk y Marleen Veldhuis le privaron del oro. Torres cerró la posta del relevo americano y 24 años después de cumplir su primer sueño olímpico repitió sensaciones. La campeona en Los Angeles'84 se ha encaramado también a los podios de Seúl´88, Barcelona'92 y Sydney'2000. Ni la bulimia, ni un par de fracasos matrimoniales consiguieron quitarle el gusto por la piscina, aunque se retirara en dos ocasiones. Su último regreso ha sido el más sonado. Madre de una niña de 3 años, compitió contra algunas que podrían ser sus hijas. «Se hace raro, porque creo que podría ser más vieja que los padres de algunas de las finalistas. Esta mañana -por ayer-, cuando sonó el despertador, fue un poco difícil. Una no se acostumbra a nadar tan pronto», reconoció en su primera final matinal tras tantas vespertinas. SÁENZ

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