Los golpistas mauritanos no logran tener el visto bueno del exterior
A pesar de que los militares que protagonizaron el golpe de Estado en Mauritania el pasado miércoles siguen controlando el país, los embajadores de miembros de la UE y de EEUU mostraron su disconformidad con la convocatoria electoral para designar un nuevo presidente que los seguidores del general Abdel Aziz quiere llevar a cabo, ya que la consideraron ilegítima, por lo que alertaron del riesgo de que Mauritania quede aislada del exterior.
Hademine Ould SADI |
Representantes de la comunidad internacional en Mauritania se declararon contrarios a la organización de un escrutinio presidencial «unilateral» que la junta militar afirma querer organizar rápidamente tras el golpe de Estado del 6 de agosto.
Al mismo tiempo, los partidarios del depuesto presidente Sidi Ould Cheikh Abdallahi, primer presidente del país elegido en una votación, se manifestaron ayer en Nuakchot para protestar por el golpe.
Los embajadores del Estado francés, Alemania, el Estado español y EEUU, además del delegado de la UE y el representante del Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD) en Nuakchot se reunieron el domingo con el general Mohamed Ould Abdel Aziz, que dirige el golpe.
Este oficial de 52 años, comandante de la Guardia Presidencial, dirigió el golpe de Estado contra el presidente que se registró el pasado miércoles, después de que Abdellahi anunciase el cese de cuatro dirigentes del Ejército.
Los seis representantes de la comunidad internacional expresaron su rechazo a «la organización de una elección unilateral que, de hecho, sería considerada ilegítima», explicó el lunes a France Presse una fuente diplomática francesa.
De hecho, los diplomáticos «instaron al general a entablar un diálogo con la comunidad internacional para evitar el aislamiento de Mauritania».
Por su parte, los enviados especiales de la Liga Árabe y de la Unión Africana (UA) abandonaron Mauritania, tras mantener cada uno de ellos, por separado, un encuentro con el general Abdel Aziz.
La UA anunció el viernes por la noche que iba a suspender la pertenencia de Mauritania a esta organización «hasta que el país vuelva a tener un Gobierno constitucional».
El general Abdel Aziz, que encabeza un Alto Consejo de Estado exclusivamente compuesto por militares, declaró el domingo a France Presse que tiene planeado «acercarse a la comunidad internacional, ya que ésta no busca desestabilizar Mauritania».
La junta militar debe, en principio, adoptar una «ordenanza constitucional» que organizará el país de una manera colegiada, asumirá las funciones del depuesto presidente y nombrará un Gobierno que estará dirigido por el general Abdel Aziz.
Durante el fin de semana, el general Abdel Aziz recibió a los embajadores de los estados vecinos -Marruecos, Argelia, Senegal y Gambia- y a los representantes de sus principales socios económicos, entre los que se encuentran Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y China, según una fuente próxima a la junta.
Por otra parte, el Estado francés anunció que ha congelado las partidas de cooperación con Mauritania, a excepción de las partidas de ayuda humanitaria y alimentaria. El años pasado, París entregó a Nuakchot 30 millones de euros.
El depuesto primer ministro Yhaya Ould Ahmed Waghf fue liberado ayer junto a otras tres personas detenidas en el golpe de Estado, según informó su jefe de gabinete, Mohamed Ould Maayouf.
El líder golpista mauritano, el general Mohamed Ould Abdel Aziz, afirmó ayer que los nuevos dirigentes militares adoptarán una postura más dura frente a los miembros de Al Qaeda que el Gobierno expulsado del poder el miércoles pasado.
Abdel Aziz acusó a Abdallahi de liberar a presuntos miembros de Al Qaeda encarcelados y aseguró que tomará «medidas drásticas» contra estos grupos. «Haremos lo que hicimos en el pasado, luchamos con resultados positivos. Allá donde les encontremos, les detendremos», aseguró.