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El polvorín del Cáucaso

Rusia responde con acciones militares en Georgia al alto el fuego de Tbilissi

Georgia firmó ayer un alto el fuego unilateral en Osetia del Sur, a iniciativa de la Unión Europea y la OSCE, a lo que Rusia respondió con una operación militar «preventiva» en territorio georgiano, fuera de las zonas de conflicto. Tbilissi y Washington denunciaron la «invasión» del país y aseguraron que la intervención militar había sido planeada «hace meses o años», con el fin de ocupar Georgia, derrocar a su Gobierno y controla las rutas energéticas.

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GARA | TSKHINVALI

El conflicto bélico entre Georgia y Rusia volvió a agravarse ayer por la negativa de Moscú a sumarse el alto el fuego unilateral firmado por Tbilissi y su avance en territorio georgiano. El Kremlin insistió en que Georgia «sigue usando su fuerza militar», por lo que afirmó que ni siquiera se plantea aceptar el documento.

A la declaración propuesta por la Unión Europea (UE) y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) Rusia respondió con el bombardeo de ciudades georgianas y avanzó hacia el interior de este país desde los territorios irredentos de Osetia del Sur y Abjasia.

El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, firmó el acuerdo en presencia de los ministros de Exteriores francés, Bernard Kouchner, y finlandés, Alexander Stubb, mediadores europeos que ayer visitaron la zona del conflicto y hoy tienen previsto viajar a Moscú para, según dijo el mandatario de Georgia, «intentar convencer a los rusos de que acepten la oferta». Kouchner indicó que Saakashvili está «decidido a lograr la paz».

Fuentes del Consejo de Seguridad Nacional de Georgia citadas por la CNN señalaron que el texto firmado incluye el alto el fuego incondicional, un acuerdo para la no utilización de la fuerza, la retirada de las tropas rusas de territorio georgiano, y también de Osetia del Sur, y el despliegue de fuerzas de paz internacionales y mediadoras.

También el presidente francés y de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, viaja hoy a Moscú para abordar la situación con su homólogo ruso, Dmitri Medvedev, desde donde prevé ir a Tbilissi.

Mientras tanto, Medvedev afirmó que había concluido «gran parte» de la operación militar para «imponer la paz» en Georgia, a donde Rusia envió su Ejército para apoyar a los surosetos tras el ataque georgiano.

El mando ruso denunció que, pese a las informaciones sobre el alto el fuego unilateral de Georgia, sus tropas continuaron con sus ataques esporádicos con artillería y aviación sobre Osetia del Sur. Moscú informó de que Georgia ha repatriado 800 soldados desde Irak en aviones de transporte estadounidense, por lo que el primer ministro ruso, Vladimir Putin, acusó de «cinismo» a EEUU.

Por lo que respecta a los partes de guerra, Tbilissi afirmó que su defensa aérea ha abatido 19 aviones rusos en los cuatro días de combates, mientras que Moscú cifró cuatro los aviones de combate georgianos abatidos y en 1.600 los muertos en Osetia del Sur -frente a los 2.000 mencionados con anterioridad-, donde también han muerto quince soldados rusos.

Entretanto, Rusia anunció que sus tropas lanzaron una operación terrestre «preventiva» en una zona de Georgia muy alejada de Osetia del Sur, pero cercana a Abjasia, con el objetivo de impedir nuevos ataques. El Ministerio ruso de Defensa señaló que la operación la llevaron a cabo en las inmediaciones de la ciudad de Senaki, a 40 kilómetros al sureste de Abjasia y en cuyas afueras hay una base militar, las tropas de paz rusas emplazadas en Abjasia, reforzadas con una «fuerza de choque» de 9.000 soldados y 350 equipos militares.

Senaki es un importante nudo de transportes que une el noroeste y el suroeste de Georgia con Tbilissi. Según Moscú, el fin de la operación era impedir el reagrupamiento de las tropas georgianas de cara a nuevos ataques en Osetia del Sur y la concentración de reservistas movilizados por Tbilissi. Horas después se retiraron, tras «eliminar» la amenaza de un bombardeo en Osetia del Sur.

Las autoridades georgianas confirmaron que carros blindados rusos ocuparon Senaki, apero precisaron que las tropas georgianas se había replegado de esa zona.

Antes, las fuerzas enviadas por Moscú había ocupado el distrito georgiano de Zugdidi, fronterizo con Abjasia y parte de cuyo territorio constituía la zona desmilitarizada controlada por las «fuerzas de paz».

Generales rusos afirmaron que el objetivo de su fuerza de choque en Abjasia es obligar al Ejército georgiano a abandonar los altos del desfiladero de Kodori, único territorio abjaso bajo control georgiano, so amenaza de una acción militar directa. La situación era complicada en esta zona después de que Georgia rechazara el ultimátum del Ejército ruso para deponer las armas.

Animado por el masivo apoyo militar ruso, el presidente suroseta, Eduard Kokoyti, anunció a su vez una operación militar para imponer su control sobre las localidades surosetas controladas por Georgia, aproximadamente un tercio del territorio.

Además, los líderes abjaso y suroseto manifestaron que pedirán a la comunidad internacional que reconozca su independencia de Georgia. «¿Cuánta sangre oseta debe derramarse hasta que reconozcan nuestras repúblicas? Esto es un genocidio», aseguró Kokoyti durante una conversación telefónica con su homólogo abjaso, Serguei Bagapsh. Éste respondió que «nadie en el mundo puede albergar la ilusión de que Abjasia y Osetia del Sur puedan convivir con Georgia en un solo Estado».

Las autoridades de Georgia indicaron también que las fuerzas rusas habían capturado la localidad georgiana de Gori, a 60 kilómetros de la capital, y que sus tropas se había replegado para «defender» Tbilissi, extremo que negó Moscú.

En una rueda de prensa, Mijail Saakashvili volvió a dirigir un mensaje a la nación en el que hizo un llamamiento a los ciudadanos a que demuestren su «heroísmo» y se unan para «salvar» al país. Admitió que «la libertad y el futuro» de los georgianos se encuentra «bajo una seria amenaza» ante la «guerra impuesta» por Moscú, cuya «intervención militar estaba planeada desde hace meses o años y busca, al menos, ocupar y anexionarse Osetia del Sur y Abjasia y, como resultado final, ocupar toda Georgia».

Además, aseveró que la intención del Kremlin no es proteger a la población suroseta sino acabar con su Gobierno y controlar las rutas energéticas que atraviesa el Cáucaso. Sin embargo, las autoridades rusas rechazaron esta acusación. «Rusia -dijeron- sólo quiere normalizar la situación y restablecer la paz, y que el pueblo georgiano decida el futuro de sus dirigentes».

nuevo actoR

Estados Unidos se va definiendo cada vez más como un nuevo actor en el conflicto. Su enviado especial a la zona, Matt Bryza, sugirió que Rusia pretende invadir todo el territorio georgiano, algo que, a su juicio, Moscú planeaba desde hace tiempo.

puente aéreo

El ACNUR comenzó a realizar un puente aéreo de emergencia con suministros para reforzar las reservas de ayuda humanitaria que tiene en el Cáucaso ante la creciente preocupación por la difícil situación de los civiles atrapados en este conflicto.

muy grave

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) aseguró que la situación humanitaria en Osetia del Sur y Georgia es «muy grave» y anunció que se prepara para enviar por avión quince toneladas de medicinas y material médico hacia la zona de los combates.

Después de cuatro largos días de pesadilla, Tskhinvali comienza a revivir

Igor, Leo y Ala, apretados en su Lada blanco, vuelven la cabeza hacia todos lados y lanzan exclamaciones en oseto. Después de cuatro días de combates, pueden finalmente entrar en Tskhinvali, informarse de la situación de sus familiares y evaluar los daños. Sus tentativas anteriores, en los tres últimos días, chocaron con los disparos georgianos contra la carretera que conecta la capital de Osetia del Sur con Djava, 25 kilómetros al norte. Este vez lo lograron, tras una larga espera en el polvo levantado por las decenas de tanques y camiones rusos que les precedían en la pequeña carretera que desciende a lo largo del valle.

Los comentarios se suceden durante el trayecto y el volumen sube cada vez que aparecen rastros de destrucción. Aquí, dos autobuses rojos acribillados a balazos. Allí, una casa que todavía humea frente a unos almacenes destruidos por impactos de proyectil. La puerta de una sucursal del Bank of Georgia está abierta y varias lavadoras amontonadas junto al escaparate destrozado de una tienda.

Cerca de uno de los suburbios de Tskhinvali, Leo estira el brazo: «mis amigos georgianos viven aquí. Su casa está intacta. No bombardearon los pueblos georgianos», destaca. De hecho, todas las viviendas de los alrededores, la mayoría de una planta con un pequeño jardín, están intactas.

Un poco más lejos, a la entrada de la ciudad, las casas aparecen dañadas, con los tejados quemados. Pero excepto el tráfico que circula por la carretera, todo parece tranquilo. En un muro, se puede leer, en inglés: «Osetia no está en venta».

En el centro de Tskhinvali, los daños son más importantes. La universidad se encuentra en un lamentable estado y la escuela nº6 presenta numerosos impactos de bala. El coche dobla la esquina de la Avenida Lenin, algunas mansiones están totalmente destruidas. La sede del Gobierno oseto, en la Avenida Stalin, está también en mal estado, con todos sus cristales rotos, aunque se mantiene en pie.

Es raro ver transeúntes, pero los soldados son numerosos. A pie o en camión patrullan kalashnikov en mano.

El principal hotel, el Alan, está en muy mal estado. La mayoría de los cristales han volado y el segundo piso muestra evidencias de un incendio. Su patio se ha convertido en la estación donde los desplazados cogen los autobuses blancos con destino a la frontera rusa. Los habitantes de Tskhinvali esperan sentados en sillas cubiertas de terciopelo rojo del hotel, con sus pertenencias a sus pies. a que se presente un medio de transporte. Quienes se acercan en coche preguntan dónde comprar comida y cigarrillos y luego se marchan.

Helicópteros militares sobrevuelan la ciudad a baja altura. Poco después, dos cazas rusos en labores de reconocimiento. Los disparos resuenan a intervalos regulares en las colinas próximas. A. HERENSTEIN

Piratas informáticos

Georgia acusó a Rusia de emplear piratas informáticos, o «hackers», para llevar a cabo una campaña de «ciberguerra» que está afectando a numerosas páginas web gubernamentales, incluida la del Ministerio de Exteriores.

Georgia, en la ruta del crudo y gas asiáticos hacia Europa

Por Georgia pasan los oleoductos Baku-Tbilissi-Ceyhan (BTC), Bakú-Supsa y Bakú-Novorossiysk y el gasoducto Bakú-Tbilissi-Erzurum, que permiten que el petróleo y el gas de Asia central lleguen a Europa -desde el Mar Caspio hasta la costa mediterránea de Turquía- sin pasar por Rusia. Las alarmas se han disparado porque la destrucción del BTC, devolvería a la ruta rusa (por Ucrania y Bielorrusia) el monopolio del suministro del crudo.GARA

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