Apoyados por varios miembros de la izquierda abertzale, Arantza Urkaregi y Marta Peréz comparecieron ayer en medio de una gran expectación para hacer un llamamiento a la ciudadanía vasca a que secunde la movilización convocada para el próximo día 22 en Bilbo. En el día grande de la Aste Nagusia, la movilización, que partirá desde la plaza Elíptica a las doce del mediodía tendrá un objetivo bien claro: hacer frente al actual estado de excepción que esta viviendo Euskal Herria y reivindicar el derecho de todos y todas a la autodeterminación.

Dentro de este llamamiento, las portavoces independentistas explicaron que esta manifestación va a tener lugar «en un momento político muy especial» dentro de la Aste Nagusia. Por una parte, el Ayuntamiento de Bilbo no colocará, como ya viene siendo habitual, a primeras horas de ese día la bandera española, porque el alcalde ya la tiene puesta de manera permanente. «Ese símbolo de la imposición del estado nos es impuesta a bilbainas y bilbainos por el PNV», censuraron a este respecto, recordando también que en estas fiestas tampoco podrán tomar parte los represaliados políticos.

Más allá de este contexto, hicieron una lectura de la actual situación política, citando las actuaciones que se esperan en setiembre contra la izquierda abertzale, «pretendiendo dar tintes jurídicos a decisiones políticas del partido en el Gobierno, el PSOE». Citaron, como ejemplo, la previsible ilegalización de EHAK y EAE-ANV, las citaciones a 22 militantes independentistas, la sentencia contra el movimiento pro amnistía o el juicio contra Udabiltza, entre otros muchos casos.

Estado de excepción

Todos estos hechos, según valoraron, «son claros exponentes del estado de excepción que vivimos en Euskal Herria». Una situación política, al parecer de la izquierda abertzale, «muy grave, que nos recuerda a las épocas más oscuras del franquismo y en la que se da una violación sistemática de los derechos de la ciudadanía vasca».

Dentro de esta afirmación, señalaron la tortura como «ejemplo más crudo», recordando que hace pocos días hemos tenido una muestra de esta dura realidad, cuando la Guardia Civil detuvo a un joven en Gasteiz, pasó dos dias en Madrid y salió de la Audiencia Nacional con el cuerpo lleno de golpes y moratones, después de pasar dos veces por el hospital, y tras ser «invitado» por sus captores a colaborar con este instituto militar español. Una actuación en la que las representantes abertzales observaron sin duda «claros indicios de guerra sucia».

Recordaron, además, que Euskal Herria es un pueblo «en el que no hay democracia y en el que no se puede decidir ni su presente ni tampoco su futuro mediante la palabra ni la decisión de la ciudadanía vasca».

Mirando a la actual situación política, afirmaron que «es evidente que no podremos decidir sobre nuestro futuro si no superamos el actual marco constiucional». Criticaron en este sentido, las últimas declaraciones de portavoces políticos como Unai Ziarreta, presidente de EA, o Aintzane Ezenarro, electa de Aralar, y censuraron que el PNV cumplirá la legalidad española, «sin mostrar intención de superar el actual marco».

Poco después de esta comparecencia pública, desde el PP y la plataforma ultra España y Libertad pidieron que se prohíba la manifestación, y este grupo anunció que va a denunciar hoy ante el TSJPV a los convocantes.