El anuncio de JPMorgan Chase, que el pasado mes de marzo tuvo que acudir al rescate junto a la Reserva Federal de su rival Bear Stearns, de que desde el pasado mes de julio acumula pérdidas por importe de 1.500 millones de dólares (algo más de mil millones de euros) intensificó los temores de nuevas «turbulencias» financieras.

JPMorgan Chase subrayó, además, que las condiciones del mercado del tercer trimestre «se han deteriorado considerablemente respecto al segundo trimestre». El segundo mayor banco de inversión de EEUU por valor de mercado prevé un «deterioro continuado» en la tendencia crediticia de la cartera de consumidores, lo que provocará nuevas provisiones durante el resto del ejercicio.

El banco estadounidense Wachovia también contribuyó a mantener ese ambiente de temor al revisar al alza sus previsiones de pérdidas del segundo trimestre. En una comunicación remitida a la Comisión del Mercado de Valores precisó, además, que planea eliminar 6.950 puestos de trabajo, 600 más de lo previsto inicialmente, lo que afectará al 5,8% de su plantilla de 120.000 trabajadores.