El Foreign Office, el Ministerio de Relaciones Exteriores británico, emitió ayer una nota dirigida a los ciudadanos ingleses que escogen el Estado español como destino vacacional -se estima en casi 17 millones de ingleses-, en la que les advierte de que la organización armada ETA tiene en marcha «una campaña veraniega de bombas en las zonas turísticas de España». La advertencia de Londres llega al día siguiente de que ETA colocase tres bombas en Málaga, de las que dos llegaron a explotar, lo que obligó a que más de diez mil personas fuesen evacuadas.

«Las autoridades españolas son plenamente conscientes del impacto del terrorismo y están tomando medidas para proteger a los visitantes, pero usted debería permanecer vigilante», prosigue la nota de aviso del Ejecutivo británico, en el que, además de detallar lo ocurrido el domingo en Málaga, también recuerda las últimas detonaciones o colocaciones de bombas de ETA; cita, por ejemplo, los sucesos de Torremolinos y Cantabria del pasado mes de julio.

Más de diez mil personas fueron evacuadas el domingo de distintos puntos de Málaga, después de que una llamada en nombre de ETA alertara al Cuerpo de Bomberos de la colocación de tres artefactos: uno en la playa de Guadalmar -en la capital-, otro en el puerto deportivo de Benalmádena y el tercero en el kilómetro 232 de la autovía A-7; éste fue el único que no explotó a la hora indicada y que fue desactivado por las FSE.

Cerca de dos kilos de amonal

Según los primeros indicios, la Policía española estipula que las tres bombas contenían cerca de dos kilogramos de amonal, aunque el tipo de explosivo empleado aún no ha sido confirmado. Las FSE consideran que las dos bombas que explotaron en la playa de Málaga y en Benalmádena contenían la misma cantidad de explosivo que el desactivado: cerca de dos kilogramos.

Tanto el Partido Popular como la asociación española AVT denunciaron ayer con dureza la colocación de las bombas. Ambos coincidieron en señalar que «ETA no va a conseguir absolutamente nada», y el PP, por su parte, hizo hincapié en que «no se puede negociar jamás con los terroristas ni ceder al chantaje de ETA».