LAB denunció ayer la «política de cortijo que venimos sufriendo los trabajadores y trabajadoras» de Cementos Portland de Olazti «desde que llegó el director actual».

Indicó que se ha producido un empeoramiento de las relaciones laborales con la dirección de la empresa. Recordó, así, «la expulsión en el año 2005 del entonces jefe de mantenimiento, con la excusa de que no encajaba en la idea de equipo directivo del director».

Señaló, también, que «hemos asistido a un variado desfile de personas, con diferentes responsabilidades que se han visto obligadas a marcharse [...] dadas las dificultades que supone llevar adelante la jornada laboral con dicho director», según explicó en un comunicado. Precisó que estas personas de encontraban con contratos fuera de convenio, «con lo que esto supone de falta de derechos laborales».

Movilidad geográfica

La central abertzale reprochó a Cementos Portland de Olazti haber «ido más lejos, en su loca huida hacia delante y en un claro abuso de poder», al haber instaurado la movilidad geográfica, «hasta entonces inexistente en la empresa» y trasladar a un trabajador «sin motivo alguno y en periodo de vacaciones» de la planta de Olazti a la de Hontoria. Indicó que la empresa pretendió limitar con prohibiciones de acceso a la planta, la actividad privada del mismo operario fuera de sus horas laborables.

LAB preguntó a la dirección de Cementos Portland de Olazti «dónde quedan ahora esas palabras para la galería de `compromisos con los empleados' que continuamente nos muestra la empresa» y le reprochó saltarse las normas que exigen las relaciones laborales, «instaurando una infumable operación de castigo y venganza personal».

Consideró que la solución está «en manos de la empresa», cumpliendo los de acuerdos alcanzados con el comité.