Las compañías pequeñas de animación no pueden competir con Pixar-Disney, dentro de un mercado que empieza a saturarse y en el que tal vez no haya sitio para todos. «Space Chimps» lleva todas las de perder, al estrenarse a continuación de «Wall-E», con lo que de suicida tiene exponerse a las comparaciones inevitables, porque también se trata de un producto de ciencia-ficción para todos los públicos. Vanguard es uno de esos estudios obligado a buscar asociaciones o alianzas para salir adelante, según un método de coproducción que le valió con «Valiant», un largometraje de animación en 3-D que no fue mal recibido. Ilustraba las hazañas de un pichón mensajero durante la II Guerra Mundial, inaugurando una línea de guiones inspirados en hechos históricos. «Space Chimps» toma como ejemplo los monos que fueron enviados al espacio por la NASA, cuanto todavía las naves no eran tripuladas por humanos. El héroe de la aventura es el nieto de aquel primer chimpancé, al que se encomienda una misión consistente en la recuperación de una sonda extraviada. En su viaje, la tripulación comandada por Ham III descubrirá un planeta bajo el mando del tirano Zartog. Las voces principales del poco profesional doblaje al castellano corresponden a los componentes del grupo musical para adolescentes Pignoise.