GARA > Idatzia > Kultura > Zinema

De agente del Mossad a peluquero

«Zohan: licencia para peinar»

La indignación de la crítica seria ante esta comedia de Adam Sandler es proporcional a las risas que genera entre el público, por obra y gracia de un guión que lleva la firma de Judd Apatow.
p046_f03_148x100.jpg

M. INSAUSTI | DONOSTIA

El espectador tiene la ventaja de que va a ver una comedia gamberra de Hollywood en plan de evasión, dedicándole hora y media de su tiempo, para luego olvidarse de ella y a otra cosa, mariposa. La actitud del crítico o del comentarista no puede ser la misma, y el mero hecho de poner un mínimo de atención en un producto tan descerebrado como «Zohan, licencia para peinar» ya implica una serie de desajustes mentales. Hay colegas que reaccionan de una forma desproporcionada. Hacía tiempo que no leía críticas tan agresivas como las que ha provocado la última comedia de Adam Sandler, e intuyo que en esos ataques tan airados algo tendrá que ver el que sea un representante del humor judío más casposo, por mucho que el cómico aparezca disfrazado como el rey de los champús y demás productos capilares. Tampoco faltan los que se dejan la inteligencia en casa, con tal de reír a carcajada limpia y sin complejos.

Para seguirle las gracias a Adam Sandler en «Zohan, licencia para peinar» hay que olvidarse del fondo de la película, cuya solución de pata de banco al conflicto árabe-israelí consiste en dirimir las diferencias en un país presentado como neutral, cuando todos sabemos que los Estados Unidos nunca lo fue ni lo será. Con ser disparatada, la idea argumental de la película no es tan original como aparenta, puesto que Ben Stiller ya presentó con mayor ironía en «Zoolander» al hijo de una familia de rudos mineros que se pasaba al refinadísimo mundo de la moda. Ahora es un agente del Mossad el que se marcha a Nueva York para ser peluquero, al estilo mujeriego de Warren Beatty en «Shampoo», lo que supone una interminable descarga de chistes sexistas.

Adam Sandler y sus comedias tontas

Adam Sandler lleva ya veinte años apareciendo en pantalla, aunque su éxito comienza en la década de los 90 como uno más de los cómicos surgidos de la cantera televisiva del programa «Saturday Night Live». Tiene sus incondicionales, si bien no termina de situarse entre los grandes del humor. El problema es que en su filmografía abundan comedias palomiteras como «Little Nicky» o «Os declaro marido y marido», que no le harán pasar a la historia del género. Ha tenido un par de intentos, más o menos convincentes, para demostrar que es un actor capaz de dominar otro registros interpretativos, con «Punch-Drunk Love» y «En algún lugar de la memoria».M.I.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo