Dos cabalgan juntos
«Los protectores»
Me duele tener que dar la razón a los que dicen que la televisión norteamericana hace mejores películas en estos momentos que el propio Hollwood, pero la prueba está en que la pequeña pantalla ha servido para recuperar al auténtico Walter Hill, con un western de factura clásica sencillamente magistral. No tiene nada que envidiar a su homenajeador «Forajidos de leyenda», a la vez que supera sus previos «Geronimo» y «Wild Bill», dos convencionales films biográficos. El medio televisivo tiene además la ventaja de admitir narraciones más extensas que las cinematográficas, y es que «Los protectores» es una miniserie de más de tres horas de duración, premiada con dos Emmy: a la Mejor Miniserie de Ficción y al Mejor Actor Principal.
El galardonado Robert Duvall luce su veteranía en un personaje fordiano, que se complementa con Thomas Haden Church, el compañero guasón de «Entre copas», que vuelve a ser el Sancho que necesita todo Quijote. La acción transcurre a finales del siglo XIX, una época en la que la caballerosidad todavía era posible. Esta pareja de vaqueros se dedica a conducir ganado, pero no les importa hacer un alto en el camino si se trata de una causa que merezca la pena. El imprevisto que se interpone en su ruta viene dado por un grupo de jóvenes inmigrantes chinas, a las que habrán de socorrer y defender de sucesivos ataques. Walter Hill saca un partido extraordinario a un argumento tan simple, porque sabe darle un tratamiento ejemplar, mimando cada detalle de la puesta en escena. Ningún amante del western debe perderse esta lección de cine en estado puro.