Dieciséis personas, la mayoría policías y militares, resultaron heridas por la explosión de un coche bomba dirigido contra las fuerzas de seguridad en Esmirna, al oeste de Turquía, señalaron las autoridades locales.

La Policía no quiso hacer declaraciones sobre los posibles autores del atentado, pero un ministro lanzó la hipótesis de que se tratasen de insurgentes kurdos del PKK.

El coche hizo explosión a las 7.45 (6.45 en Euskal Herria) de ayer al paso de un vehículo del Ejército y de un autobús de la Policía, afirmaron los servicios del gobernador de Esmirna.

«La explosión se produjo en un coche vacío aparcado en el lugar de la deflagración. Pensamos que ha sido activado mediante un dispositivo a distancia», declaró el gobernador de Esmirna, Cahit Kiraç, citado por Anadolu Ajansi.

Un portavoz del gobernador declaró que la explosión hirió a siete policías, tres militares -entre ellos un coronel- y seis civiles.

«Uno de los soldados heridos está en situación crítica y va a ser operado», declaró esta fuente, que quiso mantenerse en el anonimato.

Una humareda negra salió de la carrocería de un coche carbonizado, ante un autobús de la Policía, mientras que las fuerzas de seguridad instalaron un cordón de seguridad en el lugar de los hechos, según las imágenes difundidas por la televisión NTV.

La explosión destrozó los cristales de los edificios situados en los alrededores del lugar del atentado .