CRíTICA quincena musical
Paseo por Latinoamérica
Montserrat AUZMENDI
Una Ainhoa Arteta en buena forma vocal, junto con la siempre agradable de escuchar Orquesta Sinfónica de Galicia, dieron un repaso a unos cuantos de los compositores que más sentidas páginas con sabor latinoamericano han escrito durante el siglo XX.
El recital fue amable, fácil de escuchar, lo cual no quiere decir que fuera simple. Las obras de orquesta, bajo la sabia batuta de Víctor Pablo Pérez, no defraudaron a un público que sabe que a la Sinfónica de Galicia se le puede exigir. La «Obertura para el Fausto criollo», del argentino Alberto Ginastera, nos mostró una agrupación pletórica en los tutti y con una cuerda exquisita en los pasajes introspectivos. Mejor resultado obtuvieron aún en las «Bachianas brasileiras, nº 7», de Heitor Villa-Lobos, en la que realmente bordaron la magnífica Fuga final, precisa y ajustada, y, sin embargo, danzante.
Ainhoa Arteta salió al escenario hecha una diva, con un vestidazo extravagante que no dejó a nadie indiferente. Pero lo que desde luego no nos dejó indiferentes fue su forma de cantar. En el manojo de canciones que interpretó, tan importante es la técnica vocal como la exquisitez intepretativa, como la intención con la que se dice la letra. Y todo esto lo superó Ainhoa con creces. La «Modinha» del brasileño Jaime Ovalle la resolvió con finura y expresividad, aunque la pronunciación del portugués dejó algo que desear. La famosísima «Alfonsina y el mar», de Ariel Ramírez, quizá fue lo más empalagoso del recital, en un tono algo pasado de amaneramiento. Pero todo quedó olvidado con las deliciosas «Cinco canciones negras» de Xavier Montsalvatge. La cantante exhibió un fraseo flexible y fluido en el «Punto de habanera» e hizo una preciosidad de «Canción de cuna para dormir a un negrito», llena de exquisiteces de ataque, con unos pianissimi increíbles, y colocando la voz siempre a la perfección. La sutil dirección orquestal contribuyó también al buen resultado.
Ya en la segunda parte, destacó el brío con que acometió el «Chillin uth'aja» del peruano Theodoro Valcárcel, con orquestación de Albert Guinovart; la carga de intención expresiva que imprimió en el «Azulao», de Ovalle, y el dramatismo bien dosificado con que interpretó el «Ai que linda moça» de Ernesto Halffter.
Como bises, regaló «La rosa y el sauce», del argentino Carlos Guastavino, y repitió dos números del programa, la «Canción de cuna» de Montsalvatge y, cómo no, «Alfonsina y el mar».
Intérpretes: Orquesta Sinfónica de Galicia (director, Víctor Pablo Pérez) y Ainhoa Arteta (soprano).
Programa: Obras de Ginastera, Ovalle, Ramírez, Moure, Montsalvatge, Villa-Lobos, Lacerda, Valcárcel y Ernesto Halffter.
Lugar y fecha: Teatro Victoria Eugenia, Donostia. 25.08.08.
Intérprete: Jean-Guihen Queyras, violonchelo.
Programa: Obras de Stroppa, Kurtag, Ligeti, Crumb, Lachenmann, Dutilleux, Berio y Britten.
Lugar y fecha: Sala Club del Teatro Victoria Eugenia, Donostia. 25.08.08