HIstorias de la inmigración
Desaparecen otros 20 inmigrantes entre África y la UE
GARA | MÁLAGA
El sueño de un futuro mejor, de salir de la miseria y dejar atrás los problemas de sus lugares de origen ha vuelto a hundirse bajo las aguas. La historia no es nueva y, lamentablemente, tampoco será la última. Las noticias sobre pateras «rescatadas», de inmigrantes atendidos por la Cruz Roja y de su posterior internamiento a la espera de la orden de expulsión se producen un día sí y otro también.
Hace una semana, el día 21, un grupo de quince inmigrantes fueron avistados en una embarcación a la deriva en Fuerteventura. A su llegada a puerto, relataron que durante la travesía tuvieron que arrojar al mar los cuerpos de once compañeros que, según explicaron, perdieron la vida por los largos días de exposición al sol y la falta de alimentos. El responsable de Protección Civil de la isla canaria, Fran Torres, precisó que dos de los fallecidos eran menores.
Justamente ese mismo día, otras 120 personas, entre ellas nueve menores, fueron localizadas a una milla de Punta Rasca, al sur de Tenerife, y 47 más a bordo de una patera al sur de Motril, en Granada.
Esta misma semana, 25 inmigrantes han sido «rescatados» de una patera medio hundida al sureste de la isla de Alborán, en Almería. El lunes por la tarde, el buque Isla de los Volcanes, que cubre la línea entre Melilla y Málaga, se encontró con la embarcación, en la que viajaban entre 50 y 60 personas -aún está por determinar la cifra exacta de pasajeros-. En el momento de ser «rescatada», en el interior de la barca sólo quedaban 20 hombres y cinco mujeres que necesitaron asistencia sanitaria.
No habrá búsqueda
Según la Cruz Roja, llevaban unos tres días a la deriva. Una de las supervivientes tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad. El motivo no es para menos. En la travesía, perdió a su marido y a sus tres hijos, uno de ellos un bebé.
En total, cuatro personas tuvieron que ser trasladadas a un centro hospitalario: tres tan pronto como llegaron a puerto y una cuarta, desde la Comisaría Provincial aquejada de un fuerte dolor en el estómago que el coordinador provincial de la Cruz Roja, Francisco Román, vinculó a la posible ingestión de agua con gasolina.
El resto presentaba hipotermia severa, fiebre, esguince de un tobillo y una herida en la pierna.
Pese a lo dramático de la situación, Salvamento Marítimo restó credibilidad a los testimonios de los inmigrantes sobre la muerte de sus compañeros.
Subrayó que no iba a mandar a ningún grupo de búsqueda y que, en cualquier caso, es competencia de Marruecos buscar los cadáveres.
En ese sentido, señaló que ya han comunicado a las autoridades marroquíes la localización de la patera por si «creen necesario» establecer un dispositivo de búsqueda de desaparecidos en sus aguas.
La embarcación, que había sobrepasado en una milla las aguas jurisdiccionales de Marruecos, fue localizada a las 16.00 del lunes. Estaba medio hundida. Los 25 supervivientes fueron trasladados al puerto de Málaga y de ahí, al hospital y a comisaría.
También el lunes, una embarcación pesquera alertó a Salvamento Marítimo del hallazgo de una patera con 40 personas a bordo a doce millas de la playa de El Sabinal en El Ejido, Almería. Tras recibir el aviso, envió un helicóptero para localizar las coordenadas exactas de la patera y enviarlas a la embarcación de rescate Salvamar Benévola, que recogió a los 40 inmigrantes; 21 hombres, trece mujeres y seis menores. Todos, de origen subsahariano, fueron trasladados al puerto de Almería, a donde llegaron a las 21.00. Tras ser atendidos por la Cruz Roja, fueron entregados a la Policía española, que ya está tramitando los respectivos expedientes de expulsión.
Desde la asociación Andalucía Acoge, su presidente, Angel Madero, pidió «por enésima vez» al Gobierno español y a la Unión Europea que apoyen a los países de origen «para que sus habitantes no se vean obligados a abandonarlos». «La clave del problema es conocida por todos y pasa por que se reduzca la inmensa brecha que existe entre el Norte y el Sur. De otra manera, no será posible un futuro mejor en los países emisores de emigrantes», remarcó. Asimismo, lamentó estas nuevas muertes y que «no se haga nada» por evitarlas.