A favor de la versión en color
«El tren de las 3:10»
Son escasas las oportunidades de disfrutar de un western de categoría como el que protagonizan Russell Crowe y Christian Bale a las ordenes de James Mangold, según el conocido relato de Elmore Leonard.M. INSAUSTI | DONOSTIA
Cada vez que se estrena un western hay que recordar la difícil situación por la que atraviesa el género, alejado del esplendor que vivió en la época dorada de Hollywood. Hoy en día se ruedan muy pocos, pero su calidad media es superior a cuando se producían de forma masificada. El problema es que haya tan poco público dispuesto a apreciarlo, tal como prueba que «El tren de las 3:10» llegue a nuestras pantallas con un año de retraso, y sin cosechar los premios a los que se había hecho acreedor. Ha corrido una suerte parecida al otro western de la temporada pasada, el magnífico «El asesinato de Jesse James por el cobarde de Robert Ford», que no supuso la merecida consagración de su realizador Andrew Dominik. Esta visto que únicamente un cineasta respetado como Clint Eastwood se puede permitir el lujo de revisitar el Viejo Oeste, porque ni siquiera a Kevin Costner en su magistral «Open Range» se lo supieron reconocer, y para ver «Los protectores» de Walter Hill hay que recurrir al formato DVD.
Todavía queda algún que otro crítico valiente que se ha atrevido a decir que la nueva adaptación del relato original de Elmore Leonard supera a la clásica realizada en 1957 por Delmer Daves, con Glenn Ford y Van Heflin como protagonistas. Son muy diferentes, porque la antigua fue fotografiada en un blanco y negro expresionista, con aires de cine negro y un estilo opresivo de corte psicológico. James Mangold ha rentabilizado el uso del color para recuperar la grandeza paisajística y el espectáculo de la acción, sin por ello perder la tensión existente entre los personajes ahora encarnados por Russell Crowe y Christian Bale. Lo consigue gracias al desarrollo del segundo acto, antes no del todo aprovechado, así como a la potenciación del personaje del hijo del granjero, que admira al forastero en proporción a la decepción que le provoca su padre, al que tiene por un perdedor de la Guerra de Secesión.
James Mangold es uno de los mejores directores actuales. Ya triunfaba doce años atrás en Sundance con su original ópera-prima «Heavy», para sorprender acto seguido con una renovación muy personal del cine negro en «Cop Land», que contiene una increíble caracterización de Sylvester Stallone. «Inocencia Interrumpida» sirvió para consagrar a Angelina Jolie con un Oscar, pero todavía resultaría más premiada «En la cuerda floja», biografía musical de Johnny Cash. Antes realizó el hábil e inteligente thriller terrorífico «Identidad», aunque son muchos los que se quedan con «El tren de las 3:10» y se olvidan de la comedia fantástica «Kate y Leopold».
M. I.