GARA > Idatzia > Kultura > Zinema

Sergi López, un actor privilegiado e intuitivo

El catalán Sergi López acaba de rodar con Recha y François Ozon, está a punto de irse a Japón para trabajar en el nuevo filme de Isabel Coixet y ha estrenado en Venecia «Parc». No hay estrés, sólo satisfacción: «Mi realidad es un privilegio que te cagas».
p048_f010_97x124.jpg

GARA | VENECIA

A Sergi López parece no preocuparle nada. «No he tenido ninguna estrategia para mi carrera», declara en una entrevista. «Las cosas se acaban haciendo un poco solas». Y así, con ese talante dado a la improvisación, ha compuesto una filmografía de prestigio internacional que le ha llevado a Venecia en la sección Orizzonti con «Parc» e incluye un Premio Europeo del Cine al mejor actor por «Harry, un amigo que os quiere» (2001).

Con sencillez y sin falsa modestia, López se quita mérito y escapa en todo momento de interpretaciones pseudointelectuales: «No soy cinéfilo y casi nunca he visto una película del director con el que voy a trabajar. Quiero decir que no tengo una gran cultura cinematográfica. Creo en la intuición, en que cuando lees un guión hay cosas que te agarran y otras que te molestan», asegura. Así, sólo había visto «un trozo de '8 mujeres'» cuando François Ozon, uno de los jóvenes prodigio del cine francés, le llamó para protagonizar «Ricky». «Tiene un toque fantástico, como de maravillas», explica. En el caso de Marc Recha acaba de trabajar en «Petit Indi , en la que interpreta a Ramón y donde comparte cartel con Eduardo Noriega. «Era natural que trabajáramos juntos Recha y yo», ya que son prácticamente vecinos. «Me apetecía trabajar con él, en mi tierra y en mi lengua», afirma.

López, nacido en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú en 1965, no anda en cambio escaso de patrias cinematográficas: saltó a la fama en «Western» (1997), una comedia francesa dirigida por Manuel Poirier, se estrenó en el cine en catalán con «Caricies», de Ventura Pons, y también ha rodado producciones españolas de éxito como «El laberinto del fauno» (2006). Cambia de cara cuando habla de su proyecto menos cinematográfico: el restaurante Negrefum (humo negro en catalán) que abrió hace dos meses en su localidad natal.«Es un edificio donde durante sesenta años ha habido una fábrica de Pirelli donde trabajaban mi padre, mi abuelo y todo el pueblo».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo