El espectáculo del mar embravecido ha sido motivo de miles y miles de fotografías desde que se inventó el medio. En Euskal Herria, las primeras imágenes que se conservan sobre el tema datan de principios del siglo XX y están tomadas, sobre todo, en Donostia y Biarritz. A partir de ahí, el abrazo de las olas y sus consecuencias han sido retratados de todas las formas posibles y con todo tipo de técnicas. El Museo Naval de Donostia abre hoy una exposición sobre este tema en la que participan medio centenar de fotógrafos de prensa.

«La idea la tuvimos después del último temporal, que arrasó parte de Donostia», relata a GARA Juantxo Egaña, de la Asociación de Informadores Gráficos de Euskal Herria (EIGE), organizadora de la muestra, que se enmarca en unas Jornadas sobre Fotoperiodismo que tendrán lugar esta semana. Las cincuenta imágenes de la colectiva que se exponen en el Museo Naval hasta el 9 de octubre retratan, de una u otra manera, el efecto de los temporales habidos en la costa vasca.

Titulada «Itsasoen Indarra», está conformada por obra realizada en los últimos años por veinte fotógrafos de medios que trabajan en el país, entre los que figuran Juan Carlos Ruiz, Pablo Sanchez Quiza, José Ignacio Lobo ALtuna, José Mari López, Javier Etxezarreta, Daniel Vélez, Nagore Iraola, Amaia Zabalo, Asier Castro y Koldo Badillo. Las olas y los destrozos en el Paseo Nuevo de Donostia y en la costa de Lapurdi, así como diferentes barcos encallados en la costa vasca, son algunos de los motivos más retratados. La exposición se completa con imagenes históricas de temporales acontecidos desde el año 1900. Así, se dedican álbumes a fotógrafos que trabajaron en distintas épocas del siglo XX, como Gregorio González Galarza, Pascual Marín o Sigfrido Koch. «Son imágenes muy pictóricas, en su mayoría fotografías retocadas y muy trabajadas», explica Juantxu Egaña.

Como dice el codirector del Museo Naval, Jose Mari Unsain, en el texto del catálogo, esta muestra refleja «la alta cota técnica y estética alcanzada en esta práctica» por los fotógrafos «que observan fascinados, tras su cámara, la evolución de los temporales y el estallido de las olas».

«Sacar una imagen potente de una ola rompiendo con todo ese cúmulo de agua explotando requiere las mismas condiciones que sacar una fotografía de guerra, por poner el caso: hay que estar ahí y esperar a que llegue el momento justo para disparar», refiere Egaña. Como recuerda el texto de Unsain, los seres humanos nos hemos sentido desde siempre atraídos por esas imágenes. «La contemplación del mar tempestuoso, fuerza airada e incontrolable de la naturaleza, suscita en los seres humanos atávicos sentimientos de pavor e indefensión. El estremecimiento producido por las tempestades y los naufragios estaba ya presente en los textos de Homero y los clásicos romanos. Si el Mediterráneo podía resultar temible, qué no decir del Atlántico, mar tenebroso por antonomasia. Ante la desmesura de las fauces marinas la literatura y las artes visuales dan testimonio, a lo largo de los siglos, de un mismo binomio emocional: temor y fascinación».

Jornadas de Fotoperiodismo

En cuanto a las Jornadas de Fotoperiodismo, que se desarrollarán también en el Museo Naval, arrancan mañana (a las 19.30 h.) con la exposición, por medio de un adiovisual, de los trabajos de los fotógrafos Koldo Badillo, Asier Castro, Raúl Esteban e Isabel Díez. Los encuentros continuarán al día siguiente y estarán centrados en la revista «Euskal Herria», cuyo director desgranará los principales criterios con los que se seleccionan las fotografías que publican. La tercera y última jornada será el viernes y estará protagonizada por el fotógrafo catalán Iñaki Relanzón, especializado en la fotografía de naturaleza. Relanzón presentará un audiovisual sobre su último proyecto en Madagascar, todo ello completado con la proyección comentada del programa de televisión «El escarabajo Verde», en el que se muestra el trabajo de un fotógrafo de naturaleza.