CRíTICA cine
«El tren de las 3:10»
Koldo LANDALUZE
Resulta absurdo, casi inexplicable, que un filme de la calidad de «El tren de las 3:10» casi haya pasado al olvido. Quizás se deba a que la misma palabra «western» provoca sarpullidos entre buena parte de los espectadores y las distribuidoras fuertes que, todavía, piensan que este género ha pasado al olvido. No olvidemos que la eastwoodiana «Sin perdón» tuvo que ser reestrenada tras su paseo triunfal por los Óscar y que obras tan afortunadas y recientes como «Open Range», de Kevin Costner, no han contado con el favor del público mayoritario. Para aquellos que afirman que el cine está huérfano de argumentos inteligentes, convendría que se dejarán llevar por este excelente remake dirigido por un James Mangold que amplifica al máximo las posibilidades del relato corto de Elmore Leonard en la cual se basó Delmer Daves para rodar el filme original del año 57.
Construido con un puntillismo y una fiereza poco habitual, este relato que ahonda en la ética siempre difusa del bien y el mal, apuesta por un discurso valiente a la hora de escarbar en las complejas interioridades de dos personajes colocados en una situación límite. Si el filme dirigido por Daves se amparaba en la fórmula expresionista, casi diaría que minimalista, del cine negro, el autor de «Cop Land» se deja llevar por la evocación de los espacios abiertos, el látigo de los versículos bíblicos y el entramado emocional de dos personajes antagónicos que emprenden un fuego cruzado dialéctico en cuanto se colocan cara a cara.
Estos diálogos, escuchados por boca de los actores Christian Bale y Russell Crowe, aportan un empaque dramático muy efectivo en sus roles respectivos: el primero encarna la soledad emocional del cabeza de familia tullido obligado a reafirmarse en su rol de héroe ocasional y, mientras que el australiano Russell Crowe, personifica la conducta límite del forajido perseguido por su leyenda. Todo el conjunto adquiere su clímax en la antesala de sus respectivas redenciones personales y que vendrán dictadas por la inminente llegada del tren, que tiene como destino a la prisión de Yuma.
Título original: «3:10 to Yuma».
Dirección: James Mangold.
Guión: Halsted Welles, Michael Brandt y Derek Haas; basado en un relato corto de Elmore Leonard.
Fotografía: Phedon Papamichael.
Intérpretes: Russell Crowe, Christian Bale, Logan Lerman, Ben Foster, Peter Fonda, Vinessa Shaw.
País: EEUU, 2007.
Duración: 117 m.