Regina Otaola, alcaldesa de Lizartza contra la voluntad de los vecinos, arremetió ayer contra el párroco del pueblo por pedir la ausencia de «pistolas», en alusión a la presencia de los escoltas, durante el oficio religioso celebrado en la ermita del pueblo, que celebra sus fiestas.

Otaola y miembros de la corporación de Lizartza acudieron a la misa que se celebra anualmente en esta festividad, a cuya salida pasaron junto a un grupo de vecinos que se reunieron en las inmediaciones portando varias ikurriñas.

Tras la celebración de la misa, Otaola remitió un comunicado paa criticar que antes de que comenzara la misa, el párroco anunció a los ediles del PP que no quería «pistolas» en la iglesia «como el año pasado».

«Todavía hay una parte del clero vasco que confunde las ovejas con los lobos», dijo la primera edil, quien añadió que el sacerdote debería dedicar sus recomendaciones «a quienes usan las pistolas para aterrorizar, no a los que las llevan para proteger».

Otaola agregó que la función pastoral del párroco «implica asistir a todos por igual, pero no cerrar los ojos ante la evidencia de quiénes son los que rompen la convivencia y atacan al prójimo en pueblos como Lizartza».