GARA > Idatzia > > Mundua

CRÓNICA Más allá del fútbol

Turquía y Armenia buscan poner fin a una enemistad histórica

El tinte político que generalmente rodea a las competiciones deportivas entre países vecinos, especialmente si se conside- ran enemigos, en el caso del partido de fútbol entre Armenia y Turquía se incrementó de forma importante por la visita insólita e histórica del presidente turco, Abdulah Gül, a Erevan y el breve encuentro que mantuvo con su homólgo armenio, Serzh Sargsian, y que servirá para el establecimiento de relaciones diplomáticas.

p022_f01_114x124.jpg

Ricard ALTÉS Colaborador de GAIN

«Lo importante es que abran de una vez las fronteras», así es como se pronunciaba parte de la población de Erevan ante llegada de la selección turca de fútbol a la capital armenia para disputar un partido de clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010. La visita de Abdulah Gül a la capital armenia con motivo de este evento deportivo y su breve encuentro con Serzh Sargsian, de quien partió la invitación, tiene una importancia histórica no sólo para Armenia, sino también para la convulsa región del Cáucaso, y va a servir para que ambos países establezcan relaciones, inexistentes hasta ahora.

Gül propuso recientemente crear una Plataforma para la Estabilidad y la Seguridad en el Cáucaso, para garantizar la seguridad del paso de hidrocarburos hasta los puertos turcos y defender los intereses de los distintos países de la región. La guerra relámpago de Georgia amenazó los intereses de Turquía en la zona y por eso Ankara ha movido ficha en su hasta ahora no-relación con Armenia.

Por su parte, Armenia, que vive ahogada por el bloqueo de sus fronteras con Turquía y Azerbaiyán, y que cuenta con las de Irán y Georgia como únicas vías terrestres de entrada y salida de mercancías, intenta suavizar sus exigencias hacia Turquía, que siempre se han centrado en su reconocimiento del genocidio que en 1915 se saldó con la muerte de 1,5 millones de armenios otomanos.

La inseguridad en Georgia y la destrucción de una parte de la vía férrea que une Poti con Erevan dejó durante una semana en situación complicada a Armenia, que depende de esta vía para el aprovisionamiento de productos como la gasolina. Su escasez estuvo a punto de paralizar el tráfico rodado, ya que la mayoría de gasolineras no disponía de combustible. Esos días, en la carretera que une Armenia con Irán hubo un tráfico intenso hacia Erevan de camiones iraníes con combustible, y los especuladores aprovecharon para elevar su precio. Al cabo de diez días, la reconstrucción del tramo ferroviario en Georgia, dañado por una explosión, normalizó el abastecimiento de productos en Armenia, pero lo ocurrido puso en alerta a las autoridades armenias, que abogan por restablecer la comunicación ferroviaria con Turquía en el tramo que une Kars con Guiumrí, para evitar depender de las rutas de paso por la inestable Georgia.

En Erevan, la tarde previa al encuentro, un nutrido grupo de manifestantes, convocado por el partido nacionalista Dashnaktsutiún, protestó por el contencioso de Nagorno-Karabaj, donde desde el final de la guerra en 1994 hay un precario alto el fuego y que desde hace más de quince años mantiene a Azerbaiyán y Armenia en un callejón sin salida. Sorprende que, al contrario de lo que sucede ante cualquier acto del bloque opositor de Ter-Petrosian, a los que el Ministerio del Interior siempre responde con un exagerado despliegue policial, los manifestan- tes que abogaban por un «Artsaj (Nagorno-Karabaj) independiente y unido a la madre Armenia» pudieron manifestarse con una discreta escolta policial, con la que mostraban una fraternidad nada usual. Ter-Petrosian desconvocó una movilización convocada para el día 5, víspera del partido, para respaldar unas relaciones fluidas con Turquía.

«Hayastan Hayastan»

Los aficionados se fueron concentrando durante la tarde en la plaza de la Ópera para bajar desfilando por la avenida Mashtots, en un torrente de banderas armenias y gritos de «Hayastan, Hayastan (Armenia, Armenia)» hacia el estadio de fútbol a orillas del río Hrazdan. El desorden de la multitud se vio acrecentado por la desorganización de las fuerzas policiales que controlaban los accesos al estadio.

A unos cuatrocientos metros del estadio, se instalaron las primeras barreras para dejar pasar sólo a los aficionados con entrada. La presencia de las fuerzas especiales del Ejército confería un aire de alto riesgo al encuentro, pese a la escasa presencia de aficionados turcos, que no llegaban a los 150 y fueron ubicados a una prudente distancia de la afición armenia, que se desgañitó gritando «Hayastán, Hayastán» en un estadio cuya entrada rondó el 60%. La euforia y el ambiente festivo decayeron a partir del minuto 61, cuando el extremo turco Tuncay Sanli marcó el primer gol. Once minutos después, el delantero centro Semih Sentürk sentenció el partido. A partir de entonces, los primeros aficionados empezaron a desfilar, cabizbajos, hacia sus casas.

A la espera de una respuesta política, los intereses deportivos quedaron diluidos ante la técnica superior del combinado turco, que dejó a un estadio y a toda una nación sin voz.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo