Probablemente nadie pueda leer este artículo nunca jamás. Hoy se pone en marcha en Suiza un denominado «acelerador de partículas», una obra de ingeniería de gran envergadura que se va a convertir en el Laboratorio Europeo de Investigación Nuclear, CERN. El invento tiene veintisiete kilómetros de circunferencia, realizada a cien metros bajo el suelo, y para lograr lo que buscan los científicos tienen que poner el sistema a doscientos setenta y un grado bajo cero, y se llama algo así como «Gran Colisionador de Hadrones», que busca llegar más o menos a recrear en el laboratorio el momento del Big Bang, cuando se creó el universo, o al menos este sistema solar en el que vivimos. Doce años de trabajo, ocho mil millones de dólares de inversión, para algo que aseguran es el mayo reto científico de la Historia. Sus responsables y apologetas nos dicen que de sus resultados se pueden sacar muchas conclusiones para el futuro y resolver muchos misterios de la ciencia, probando algunas teorías que nos llevarán a un salto cualitativo en el desarrollo de las ciencias. Por lo que nos han contado en algunas televisiones el átomo está compuesto por protones y neutrones, y éstos de quarks, y aquí viene una parte fundamental del asunto, han construido este paraíso científico para saber si dentro de estas partículas todavía hay más elementos que confieren masa. Todos estos brujos atómicos, se sospecha con bastante fundamento, están investigando sobre alguna energía nuclear que se pueda comercializar. A su vez, varios los científicos aseguran que este aparato, si hace todo lo que anuncian, puede producir un agujero negro, que nos trague y llevarnos a la desaparición total. Hasta hay un científico que ha presentado una denuncia en un juzgado y ha sido admitida a trámite sobre el asunto y ha avisado a la Humanidad de manera apocalíptica: en cuanto lo pongan en marcha el planeta tierra va a quedar reducido a algo más que una moneda de dos euros. Voy a aprovechar lo que nos queda. Los nombres anteriormente escritos son todos reales. Estamos a las puertas de una nueva era. No se sabe si seremos animales, vegetales o minerales. O seremos inmateriales. Aprieta el botón ¡ya!