Los atuneros se alejan más de 400 millas de Somalia por temor a más ataques
GARA |
Los cerca de 30 atuneros del Estado español y algunos menos del francés que faenan en aguas del Índico se alejaron a más de 400 millas de las costas de Somalia para prevenir intentos de secuestro por parte de piratas, como el sufrido el jueves por el atunero de Bermeo «Playa de Anzoras», que siguió faenando ayer «con normalidad», aunque también alejado de la zona del ataque.
Su tripulación se encuentra en perfecto estado tras el susto vivido el jueves, cuando al menos tres lanchas rápidas persiguieron la embarcación con la intención de secuestrarla. Según confirmó un arrantzale del «Playa de Anzoras», todos los componentes de la tripulación se encuentran bien, aunque rehusó precisar ningún detalle sobre lo ocurrido el jueves.
Desde uno de los buques se reconoció que los tripulantes de los atuneros están asustados y destacaron que a esto se une el hecho de que acaba de terminar la época de monzones, por lo que ahora, con las aguas en calma total, se amplía «muchísimo el radio de acción de las lanchas piratas, incrementándose el riesgo de secuestros».
Por ello, los barcos pesqueros extreman las precauciones, vigilando constantemente el radar los oficiales de puente, usando prismáticos para advertir la presencia de naves extrañas y haciendo guardias.
«Estamos viendo que ni las 300 millas son seguras. Si nos vamos a las 400 millas nos queda muy poco margen de maniobra para pescar y, si no pescamos, no cobramos», afirmaron. Además, hasta hace tres semanas la campaña del atún en el Índico estaba siendo «absolutamente desastrosa y ahora que empieza a haber un poco de pescado nos tenemos que separar de esa zona porque no estamos seguros», relataron.
Garantías de seguridad
La zona donde se llevó a cabo el ataque ayer es la «óptima» de capturas en esta época del año. «Todavía estamos recuperándonos del precio del petróleo y ahora que hay capturas para compensarlo, no podemos ir a pescar porque no estamos seguros. Siempre será mejor dejar de pescar que perder el barco. Es una disyuntiva peliaguda», expresaron.
Ante esta situación, los pescadores expresaron su deseo de que «de una vez por todas» las autoridades españolas tomen una determinación en defensa de los atuneros que faenan en el Índico, «porque esto va a acabar algún día en un drama. Deseamos que sea cuanto antes, pero no esperamos nada, ya que la propuesta fue rechazada en el Parlamento no hace mucho tiempo», indicaron.
Recordaron que en los años de la guerra de Kuwait se establecieron sistemas de vigilancia y control en la zona, identificando cada embarcación y «no hubo ningún problema. Una vez esto se acabó, empezaron a salir las naves piratas», afirmaron.
Igualmente, el Ayuntamiento de Bermeo reclamó al Gobierno español que «deje de mirar a otro lado y garantice de una vez la seguridad que reclaman los arrantzales que faenan en el Índico». El Consistorio criticó la «dejación» del Ejecutivo español en este asunto y consideró que este incidente «pone de manifiesto que el Gobierno que preside el señor Zapatero no acaba de tomarse en serio el peligro que implica faenar en el Índico sin protección».