«Simplicissimus»
Ines INTXAUSTI
Crítica de televisión
Simplicissimus» era una teleserie de los 80 cuyo protagonista era un soldado polaco bastante o muy tonto. Los guionistas americanos podrían haber aprovechado la sonada huelga de enero para, entre todos, hacer un remake con cualquier chavalito del bando americano que juega a los hombres en cualquier otro lugar de Oriente. Sin embargo, visto el último programa de Estitxu Fernández en ETB 1 acerca de nuestros jóvenes y su ocio, nadie consideraría la reposición de un producto como «Simplicissimus» en un canal de televisión de los de hoy día. Sería descabellado, a pesar de que solamente una única generación separa a la televisión de «Simplicissimus» y a la de «Sin tetas no hay paraíso». Dos mensajes totalmente opuestos: ser simple o ser artificial, y un abismo entre ambos. Volviendo al programa de ETB que presenta la navarra Fernández y sin perder de vista la teleserie que en la misma franja horaria programa Telecinco, «Sin tetas....», debo decir que había una relación muy evidente entre los mensajes de los dos productos aquella noche. Porque si primero nos enseñaron un fin de semana en Bilbo, vivido por jóvenes, más que hedonistas, interesados más en perder la conciencia y el carnet por puntos que en ver una reposición de «Simplicissimus» -el producto era cualitativamente genial-, luego las cámaras de ETB -mejor dicho, K2000- se fueron a clubs y puticlubs de alterne, strip-clubs y otros lugares de latrocinio (una cerveza, 1.500 pesetas) y promiscuidad que tienen que ver también con jóvenes que optan por esos comodísimos sitios para el amor (sic) los fines de semana. Me imagino a Simplicissimus en cualquiera de los dos sitios del reportaje: en el Conjunto Vacío -bonito nombre para un after hours, sí señor- o en el Fiore, con un par de brasileñas y su bayoneta recién estrenada.
A la televisión le ha gustado desde siempre documentar el sexo. Ir más allá que los demás en ese tema. Que se lo digan sino a Tele5 o a la división televisiva del periódico de Pedrojete. Y cuando ya no se puede ir más lejos, convierten en ficción el documento... (continuará).