La marea roja se ha convertido ya en un clásico del muelle donostiarra el segundo domingo de cada setiembre. Con la seguridad de tener una renta de 18 segundos, la ruidosa afición castreña se vistió con sus mejores galas para festejar una victoria casi asegurada. No en vano, es la cuarta vez que La Concha se tiñe de rojo en lo que llevamos de década. Ocho años realmente fructíferos que tienen pinta de ser parte de una época dorada para el remo cántabro, ya que sumando las dos victorias de Astillero a las cuatro de Castro, en seis de las ocho últimas ediciones la Bandera de La Concha se ha marchado fuera de Euskal Herria.

Tras las victorias obtenidas por «La Marinera» en los años 2001, 2002 y 2006, todos ellos con José Luis Korta como preparador, el triunfo de la presente edición supone el primer gran éxito de Juan Mari Etxabe como entrenador de Castro. Además, la figura del patrón Iker Gimeno en la popa, que también logra su primera victoria como titular, y los cambios en la plantilla de estos dos últimos años, hacen pensar en el inicio de una nueva era en el club castreño.

«Ganar La Concha como entrenador no es una cosa que pueda conseguir todo el mundo y estoy muy contento por ello. Ha sido una semana con muchos nervios, sabíamos que la ventaja era muy buena pero siete días se hacen largos. Les he dicho a los remeros que teníamos que salir a ganar la tanda y olvidarnos de lo demás. Al final ha llegado el premio y ahora toca festejarlo», declaró el oiartzuarra Juan Mari Etxabe nada más terminar la regata.

La tripulación ganadora de la edición número 113 de la Bandera de la Concha fue la siguiente: Sergio y Antonio Miguel Montenegro, Joseba Fernández, Jon Elortegi, Aitor Dorronsoro, Álex Esteban, Xabier Etxebeste, José Antonio Acebal, Pedro Laza, Jon Iriondo, Javier Vilariño, Pablo Casas y José Ángel Cambados, con Iker Gimeno de patrón.

Orio y los jueces

Todo ello gracias a la renta de 18 segundos obtenida en el espléndido largo de vuelta de la primera jornada, que los cántabros supieron administrar sin ningún problema en la segunda. Castro dio el primer paso hacia el título en el sorteo de calles matinal, donde el objetivo era evitar como fuera la primera calle. Los cántabros pudieron hacerlo y, por el segundo carril, todo se ponía de cara para los hombres de Etxabe.

No obstante, la victoria en la tanda de honor fue para Orio, que se despidió de La Concha con el buen sabor que deja marcharse ganando tu tanda y subiendo al segundo puesto en la clasificación general. La «Mirotza» se adelantó desde la salida y en la ciaboga aventajaba en 2 segundos a Castro, en 4 a Astillero y en 6 a Urdaibai.

En el largo de vuelta las cosas se complicaron, ya que Orio, Castro e incluso Astillero se fueron metiendo entre la tercera y cuarta calle, lo que motivó varios avisos de los jueces a las traineras en cuestión. Aunque hubo varias quejas, la cosa no fue a mayores y Orio acabó ganando la tanda con solvencia. Sacó 4 segundos a Castro, 13 a Urdaibai, que tampoco tuvo su día en esa primera calle, y 18 a Astillero, que acabó hundiéndose en los últimos metros.

«Tenía muy claro que estábamos entre los favoritos para ganar la Bandera de La Concha. La semana pasada no pudimos hacer nada por el tema de la primera calle, pero hoy hemos demostrado que podemos ganar a cualquiera. Se lo dedicamos a nuestro compañero Joxemari Urdangarin», manifestaba Irakoitz Etxeberria, patrón de Orio, que se quejó por la actuación de los jueces: «Yo iba por mi calle y Astillero se nos ha acercado muchísimo. Ibamos muy bien, pero un juez me decía que me apartara hacia estribor y el otro que me fuera a babor. He tenido que cambiar el rumbo y hemos perdido mucho tiempo. Pienso que sin ese percance podíamos haber hecho algo grande en la regata de hoy».

En la primera tanda, San Pedro y Hondarribia protagonizaron la pugna más emocionante de la jornada. Tras algunas pequeñas ventajas en el comienzo a favor de la «Libia» sanpedrotarra, la «Ama Guadalupekoa» de Hondarribia se vino arriba y el último tercio de la regata fue un auténtico cara a cara entre las dos traineras guipuzcoanas. Al final, y con necesidad de la photo-finish, el triunfo se lo adjudicaron los pasaitarras, que se quedaron a un segundo de la quinta plaza.

Mención especial para Tirán y su mala suerte. A los de Moaña les volvió a tocar la primera calle y perdieron más de 25 segundos respecto a San Pedro en la primera tanda. La Donostiarra volvió a quedarse descolgada desde el inicio y perdió otros dos minutos respecto a los ganadores, cuatro en total.