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CAISSE D'EPARGNE A pesar de tener un patrocinador francés, la sede del equipo se mantiene inalterable en Iruñerria desde 1980

El mejor equipo de la Vuelta es navarro y fiel a su esencia

Tres directores, tres corredores, dos mecánicos y dos masajistas componen la relación de residentes en Nafarroa que trabajan en el líder de la general colectiva.

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Joseba ITURRIA | DONOSTIA

Diez de los integrantes del equipo Caisse d'Epargne que domina la general por equipos de la Vuelta son navarros: los directores Eusebio Unzúe, José Luis Jaimerena y Alfonso Galilea, los corredores Txente García, Xabier Zandio e Imanol Erviti, los masajistas Iñaki Rubio y José Crespo y los mecánicos Fernando Sánchez y Xabi Remon. A ellos hay que sumar tres que no están en la Vuelta como el médico Alfredo Zuñiga, el mecánico Xabi Etxabarri, hijo de José Miguel, y el masajista Asier Atxa, que también es hijo de Miguel, uno de los componentes del primer equipo Reynolds en 1980.

Para entonces ya llevaba seis años en distintos puestos en la dirección de equipos de Reynolds Eusebio Unzúe. Dejó la bici en juveniles en 1973 y con 18 años empezó como ayudante del director del primer equipo juvenil de Reynolds en 1974. En 1976 nació el equipo amateur, del que Eusebio Unzúe fue director hasta 1985, cuando pasó a profesionales. Ahora, tras el adiós de José Miguel Etxabarri, ha asumido su rol de manager.

Junto a él se alternan en la Vuelta José Luis Jaimerena y Alfonso Galilea, que como casi todos los navarros del equipo, han sido primero corredores y luego se han comprometido casi de por vida con el principal referente del ciclismo navarro. Jaimerena llegó al equipo en el 81 como aficionado, en 83 pasó a profesionales, se recalificó en el 84 y en el 85 comenzó a dirigir al equipo amateur hasta que en el 96 pasó a profesionales. Destaca tras 25 años en el equipo que «somos bastantes los que estamos desde el inicio. No es como en otros equipos en los que hay constantes cambios. Muchos corredores cambian con su director, masajista o mecánico de confianza. Aquí no pasa eso y hay una confianza, una relación y un conocimiento que te facilita mucho las cosas. Funcionamos de forma automática. y da estabilidad. Además somos bastantes de la zona de Iruñea y es mejor tener la sede aquí que no en Francia. Te facilita tener todo a mano y controlado».

Alfonso Galilea entró en Reynolds en 1988 como mecánico después de haber corrido en este equipo en juveniles y algunas carreras como independiente en amateur. Suplió luego a Jaimerena como responsable del equipo aficionado hasta su desaparición en 2000 y desde entonces es director en profesionales.

Entiende que «lo que no queremos es perder la raíz navarra. La estructura, el equipo y la sociedad son navarros. Este año hemos estrenado una nuevas instalaciones con una nave de 1.200 metros en la que tenemos los vehículos, el material, las oficinas y la sede central del equipo. Casi todos los directores somos de aquí, bastantes auxiliares y hay corredores navarros y queremos que la raíz no se olvide y que esté presente. El hecho de que sea la misma estructura desde 1980 en profesionales te da experiencia y un status y ayuda a todos los niveles y logísticamente tener siempre todo en PIruñea viene bien».

Catorce años de profesional

De los tres corredores navarros del equipo, todos ellos presentes en la Vuelta, Txente García Acosta lleva quince años en la casa, catorce como profesional. Ha tenido posibilidades de cambiar, pero ha preferido ser fiel a un equipo que significa algo para él «desde crío. Siempre me acuerdo que cuando íbamos de Iruñea a Tafalla, donde vivía yo. La sede estaba en Campanas, en el hotel Iranzu, y siempre iba a ver las bicis. Para un chaval navarro que andaba en bici, Reynolds y Banesto han sido especiales, pensabas que algún día te gustaría estar aquí y tras llegar mantenerse ya es bastante».

Agradece que la base se encuentre en Iruñerria: «Nos queda todo más cerca. No debes hacer viajes, todo lo tienes a mano y está bien que siga habiendo tanto auxiliares navarros como corredores. Nos conocemos desde hace mucho y eso es bueno».

Xabier Zandio lleva trece años en el equipo, cinco amateur y ocho de profesional: «Me hice viejo amateur -bromea-. Como corredor he evolucionado un poco tarde, me costó más tiempo madurar, pero he llegado arriba y creo que lo estoy haciendo bien». señala con el buen sabor de ganar la Vuelta a Burgos antes de venir a la Vuelta.

Recuerda que «desde pequeño he andado en bici, me tocó la época de Miguel. Eres pequeño y siempre te parece más grande todo y te hace mucha ilusión correr en este equipo. Además, es muy cómodo para nosotros que todo esté cerca de casa tanto para ir hacia las carreras como para cualquier problema que tengas con la bicicleta».

Imanol Erviti lleva cuatro de profesional, todos en el equipo navarro, con el que corre su segunda Vuelta tras disputar un Giro. Y, como los otros dos navarros, tiene contrato para el año que viene. Destacó su actuación en la crono para dar referencias a Valverde y agradece como los demás que el equipo mantenga su esencia navarra: «Tiene la sede y el espíritu navarro. Pienso que es importante que la estructura y todo sean navarros y si estamos nosotros tiene más sentido. Para mí desde pequeño es el equipo de casa. Me pilló toda la época de Miguel y lo que disfrutamos viéndolo por la tele... Es la ilusión de un crío que veía el ciclismo en la tele y aquí estamos por culpa de aquello».

Fidelidad entre los auxiliares

También la fidelidad es la característica de los auxiliares, personificada en el masajista oiartzuarra Bixente Iza, integrante del primer equipo profesional de Reynolds en 1980. En 1999 entraron en el equipo amateur Fernando Sánchez como mecánico y, por mediación suya, Iñaki Rubio como masajista. Ambos habían coincidido en el Telco'm amateur como director y corredor, respectivamente.

Fernando, de Atarrabia, el pueblo de Indurain, recuerda que allí «tenía una tienda de bicis y hubo unos tiempos muy buenos con Miguel. Pero una vez que se retiró, el tema bajó bastante de trabajo. Me ofrecieron entrar en Banesto, no lo dudé y aquí estoy. Nos toca estar 150-170 días fuera de casa al año y a los navarros nos toca trabajar un poco más al tener la nave. Además de limpiar las bicis, debemos llevar los vehículos, los camiones y autobuses a reparar y pasar las revisiones. Para montar las bicis y el trabajo más fuerte si vienen los dos mecánicos de fuera para estar una semana en Navidades, pero el resto nos toca a los tres navarros».

Les toca a él, a Xabier Etxabarri, hijo de José Miguel, y a Xabi Remon, que lleva tres años en el equipo: «Corrí hasta amateur, la cosa no fue bien y deje el ciclismo. Mientras corría en el Gráficas Ona dos años trabajaba en una tienda de mecánico, me dijeron para entrar aquí, probé y me gustó. En principio no tengo ninguna atadura. Hay gente que no lo lleva tan bien, pero yo sin ningún problema para aguantar los 180-200 días fuera de casa. He hecho tres Giros y tres Vueltas y ningún Tour. Probar algún año estaría bien, pero la ventaja es que si no haces el Tour pillas el mes de vacaciones con Sanfermines y también está bien».

Destacan que el trabajo es distinto al de una tienda y que todos montan las bicis de todos: «Aquí hay más tensión, siempre trabajas contrarreloj, rápido, todo debe estar al detalle».

Los masajistas

Iñaki Rubio también entró joven tras correr en el Telco'm, con el que se proclamó campeón navarro amateur mientras hacía un cursillo de masajista. Al ser de Irurtzun, antes había corrido en el equipo Reynolds: «Empecé en infantiles cuando estaba Perico arriba. Era el equipo del pueblo, donde estaba la sede y la empresa Inasa, que era la patrocinadora con Reynolds. Es el equipo de casa, como Euskaltel. En el grupo, al margen de los navarros, todos llevamos bastante tiempo y todo es más fácil para trabajar, hay mejor rollo, tanto entre nosotros como entre los corredores, que siguen unidos incluso al dejar el equipo, como Menchov o Arrieta».

Explica que cada masajista tiene a unos corredores asignados. A él le tocan Zandio, Erviti y Karpets, «en función de la preferencia de ellos, que prefieren uno más fuerte o más suave. A todos nos gusta el ciclismo y estar en carrera. Lo peor es estar fuera como ahora un mes».

Además les toca encargarse de la lavadora, del avituallamiento, de las meriendas, de la atención en meta y, en el caso de José Crespo, del almacén. Este albaceteño que lleva seis años en Iruñea, donde tiene una empresa de ambulancias, ha aceptado el trabajo que le ofrece Caisse tras su experiencia en el ciclismo en equipos como Artiach, Refin, MG, Euskaltel, Saeco, US Postal y los últimos tres años antes de volver con Mapei. Llevaba un tiempo fuera del ciclismo y recuerda que «hace cuatro años empecé a hacer carreras por días con Caisse d'Epargne y este año cambié de trabajo y me dedico sólo al equipo de masajista. Mi mayor parte del trabajo es en el almacén y hago menos competición que el resto».

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