Alberto Contador logró ayer su segundo triunfo de etapa consecutivo, esta vez en la estación de Fuentes del Invierno, y ratificó que es el corredor más fuerte de la Vuelta y que sólo un accidente o algún mal día le impedirá ganar la prueba el domingo.

El madrileño no tuvo ningún problema para seguir la aceleración de Mosquera en la parte final del puerto de San Isidro, última subida de la etapa. Junto a ellos aguantó Levi Leipheimer y se podía pensar que Contador iba a tener un detalle con su compañero por el trabajo que ha tenido para él en la Vuelta, o que podía regalar un triunfo a Mosquera por su decisión de ayer. Pero en cuanto vio que se acababa la parte dura del puerto y que tenía a tiro el triunfo de etapa, arrancó y entró en la meta con su gesto característico, disparando a la diana.

La etapa de ayer demostró que los hombres que no han disputado el Tour están más frescos y que los que sí lo han hecho, como Sastre y Valverde, van a menos. El murciano acusó además la táctica de su equipo, que resultó equivocada al asumir la caza de la escapada del día con un ritmo demasiado alto. A falta de treinta kilómetros ya se veía que la escapada de once hombres en la que entraron corredores de buen nivel como Van Goolen -el más fuerte de los fugados-, Cunego, Chavanel, junto con los vascos Landaluze y Mayoz, no tenía opciones de llegar. Alberto Contador le había prometido ya a Valverde que le iba a dejar ganar la etapa si llegaba con él y, en lugar de llevar un ritmo más asumible para su líder en un puerto que no ofrecía gran dureza, castigó a todo el equipo -Joaquím Rodríguez fue el único que se quedó en el grupo de cabeza-, puso una marcha excesiva y el murciano no sólo se quedó sin poder disputar la etapa, sino que además perdió un puesto en la general en beneficio de Gesink.

Mosquera vio que el murciano, su mayor rival para el cuarto puesto, no estaba fino y aceleró sacando de punto al líder del Caisse d'Epargne y a Sastre, que deberá limitarse ya a defender el podio ante la mayor frescura con la que llega al final de la Vuelta el líder de un Xacobeo que ayer confirmó su continuidad por una campaña más.

Buena etapa de Euskaltel

En lo que se refiere a los vascos, al margen de la presencia de Landaluze y Mayoz en la escapada del día, hay que alabar la etapa del Euskaltel-Euskadi, que supo reaccionar tras el mazazo que supuso la caída de su líder Igor Antón el sábado.

Iban Velasco, al igual que Garate, atacó en la última subida y fue capaz de aguantar durante kilómetros el ritmo de los mejores y llegó cerca del Top 10 junto con Alan Pérez y Egoi Martínez, que ha mantenido en Asturias su plaza entre los diez primeros, que deberá defender en la etapa de la sierra madrileña del viernes y en la cronoescalada de Navacerrada del sábado.

Hasta entonces, la Vuelta entra en una semana con etapas bonitas como la de hoy camino de Ponferrada, con un recorrido que tiene dureza y que, a priori, parece propicio para escapadas.