Miquel Navarro invita al público a crear su propia ciudad imaginaria
La tercera muestra que el Museo Guggenheim Bilbao presenta dentro de la iniciativa «Laboratorios: miradas en torno a la Colección Permanente» está dedicada al artista valenciano Miquel Navarro y a su obra didáctica «Tu mundo, tu ciudad», presentada hace cinco años. En ella, Navarro, que compara la urbe con un cuerpo humano, propone al público jugar con las dos mil pequeñas piezas que conforman una ciudad y reconstruir nuevos órdenes posibles.
Karolina ALMAGIA | BILBO
Más de dos mil pequeñas piezas grises de aluminio dan forma a una urbe deshabitada. Hay viviendas, torres, plazas y toda clase de edificios colocados en un orden particular propuesto por Miquel Navarro (Mislata, Valencia, 1945), quien espera que los niños las desordenen y reorganicen a su libre albedrío creando así otra obra diferente.
Porque la finalidad de esta exposición abierta desde hoy en el Museo Guggenheim Bilbao es dar a conocer el proceso creativo del artista, pero también invitar al visitante a navegar en estas instalaciones urbanas y a reflexionar sobre la noción de la escala humana. A través de estas piezas, Navarro plasma su discurso acerca de la dialéctica entre arquitectura y escultura y sobre el orden y desorden de nuestra sociedad industrial. Miquel Navarro creó la obra «Tu mundo, tu ciudad» en 2003 -fue presentada por primera vez en el año 2004 en el contexto de la exposición «Ciudad Muralla, 1995-2000»- y desde el principio la concibió con una intencionalidad educativa. «En esta pieza es fundamental la interacción con el público», explicó ayer en Bilbo el artista valenciano, para quien el continuo proceso de construcción de-construcción son premisas fundamentales en esta obra. «Está hecha en aluminio, que no pesa y no es tóxico y es adecuado para que lo manejen los niños, quienes van a construir su propio mundo porque tienen una gran capacidad creativa». Junto a las piezas de aluminio se exhibien cinco serigrafías, una fotografía y tres esculturas que evidencian la relación que Navarro establece entre la ciudad y el cuerpo humano. «Cuando tú defines una ciudad, estás definiendo un cuerpo», dice él.
Miquel Navarro es uno de los referentes del arte contemporáneo español.
El Festival se caracteriza por la inclusión entre sus representaciones de las piezas más audaces y atrnazas más audaces y atrnazas más audaces y atrnacional. Así, entre lo más nuevo, cabe señalar la obra «Fuck you» del irlandes Jonny Backup, o la monodanza «Soommerband» de los islandeses Fiörmon.
Título: «Laboratorios: Miradas en torno a la Colección Permanente» sobre la obra de Miquel Navarro «Tu mundo, tu ciudad». Fecha y lugar: Del 15 de setiembre al 11 de enero. Museo Guggenheim Bilbao.
Título: «Picasso y los libros». Fecha y lugar: Del 15 de setiembre al 30 de noviembre. Museo Bellas Artes de Bilbo.
La exposición «Picasso y los libros» reúne en el Museo de Bellas Artes de Bilbo 25 libros ilustrados y 108 estampas relacionadas con ocho de ellos, seleccionados de entre los pertenecientes a la colección Bancaja, que posee la mayor colección de obra gráfica del artista en manos de una entidad privada.
La muestra inaugurada ayer aborda una faceta interesante y poco conocida de Picasso: la de ilustrador. A lo largo de su vida, Pablo Picasso intervino en un conjunto de libros en edición limitada con ilustraciones para textos de diversos escritores, desde clásicos de la literatura de diferentes épocas, como Petrarca, Góngora o Balzac, hasta escritores contemporáneos, como los surrealistas Breton o Tzara. Picasso trabajó para los editores más poderosos, pero también desinteresadamente para sus amigos. Los libros expuestos fueron ilustrados entre 1923 y 1972 por el maestro malagueño con muy variadas técnicas: calcografía, linóleo, celuloide, fotograbados, offset, aguafuerte, litografía, etc. En los volúmenes ilustrados por Picasso se pueden encontrar dos grupos diferentes. Por un lado, hay libros que no pueden calificarse de ilustrados, pues las estampas que se incluyen no están directamente relacionadas con los textos. Por otro lado, están aquellas publicaciones en las que sí se da un diálogo claro entre el escritor y el ilustrador y ambas obras, la gráfica y la escrita, se interrelacionan y alimentan mutuamente. Como se puede ver en la muestra, Picasso hizo, desde retratos para portadas («Clair de terre», de André Breton), hasta ilustraciones para autores clásicos («Le chef-d'oeuvre inconu», de Balzac) o dibujos para libros políticos, como «Sueño y mentira de Franco».
