FIESTA
El pueblo de Castro recibió a sus campeones por todo lo alto
GARA | DONOSTIA
El pueblo de Castro celebró por todo lo alto su cuarta Bandera de La Concha poniendo punto y final a dos semanas en las que Donostia se ha convertido en el centro de todas las miradas. Aprovechando que ayer era fiesta en la localidad cántabra, más de 2.500 personas recibieron el domingo por la tarde a los campeones al son del himno de «La Marinera».
En esta ocasión, los arraunlaris no llegaron a la Plaza del Ayuntamiento en un autobús descubierto, como lo hicieron hace dos años de la mano de José Luis Korta, sino que arribaron al muelle de la Cruz Roja en una embarcación de recreo. Un modo mucho más «marinero», sin duda.
Una vez en tierra, los aficionados hicieron el típico pasillo a los campeones, antes de que éstos subieran al balcón del consistorio. Desde allí, ofrecieron la bandera a todos los castreños y no faltaron los habituales cánticos de la afición. En esas lides destacó el patrón Iker Gimeno que, además de guiar la trainera de maravilla, demostró su habilidad para poner a saltar a la gente con el «que bote Castro» y el «mucho Castro, mucho Castro es».
Treinta autobuses
De todos modos, la fiesta había comenzado muchísimo antes en el propio muelle donostiarra, ya que más de 30 autobuses llegaron desde Castro a la capital guipuzcoana. Está claro que saberse practicamente ganador antes de comenzar ayuda a movilizar a la afición, pero tratándose de un pueblo que no llega a los 30.000 habitantes la cifra no está nada mal.
Tras festejar la victoria en las calles de Donostia, donde el rojo fue el color predominante, la afición cántabra se trasladó a Castro para continuar con la fiesta y recibir a la tripulación de «La Marinera». La fiesta se alargó hasta altas horas de la madrugada y ayer el pueblo tuvo que pasar la resaca. Y, ahora, a pensar en el fin de semana.