EA apuesta porque Petronor estudie la posibilidad de instalar la Unidad de Reducción de Fueloil (URF) fuera del complejo de la refinería que abarca los términos municipales de Abanto, Muskiz y Zierbena, localidades que albergan a grandes empresas contaminantes y peligrosas. Esta solución no es nueva, pues el alcalde muskiztarra Gonzalo Riancho, de este partido, viene defendiendo que hay que barajar otras opciones.

Gezuraga argumentó que el desplazar la planta de coque a otro lugar conjugaría los intereses de los vecinos de Muskiz -especialmente los del barrio de San Julián, donde a escasos metros se levantará la instalación petroquímica- con los de la filial de Repsol que preside Josu Jon Imaz.

«Situar la planta de coque en un lugar con menor impacto ambiental, puede suponer una mayor inversión inicial para la empresas, pero es el coste que debe pagar para evitar un perjuicio en la calidad de vida de la población», aseguró Gezuraga.

Destaca que EA de Bizkaia considere un «toque de atención» a los defensores del proyecto -que son PNV, PSE y PP- la aprobación a trámite por la Comisión Europea de una queja formulada por la Coordinadora Anti-Coke contra la resolución de 6 de mayo del viceconsejero de Medio Ambiente del Ejecutivo de Lakua que otorgó la Autorización Ambiental Integrada «diferida» a la refinería. La iniciativa va contra la decisión adoptada por un cargo público de su partido, Ibon Galarraga, cuya actitud es criticada por la plataforma ciudadana.

Por cierto, es el Departamento de Medio Ambiente, dirigido por Eusko Alkartasuna, el que está tramitando la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) para la planta de coque, tal y como lo ha subrayado la consejera en respuesta a Ezker Abertzale.