Hace un par de días, tras las xenófobas declaraciones de Rajoy, escuchaba comentarios de algunas mujeres muy disgustadas porque los inmigrantes cobran paro. Les expliqué que ellos tenían ese derecho porque habían trabajado y cotizado a la seguridad social, algo de lo que no quedaron muy convencidas. Rajoy se equivoca en sus declaraciones y Zapatero miente, porque no es verdad que defienda al inmigrante como lo hacen parecer sus discursos, lo que si es verdad es que hablar a favor o en contra de la inmigración puede dar más o menos votos, según quién se crea lo que dicen los políticos. Otra gran verdad es que la inmigración no es solamente gente desesperada queriendo llegar en pateras, ni caras exóticas buscando trabajo, ni diversidad cultural bailando o tocando algún instrumento autóctono, ni colectivos de inmigrantes que se adaptan a costumbres españolas.

La inmigración es mucho más que todo eso, tiene que ver con neoliberalismo, globalización, capitalismo, guerras, miseria, deuda externa, Directiva de retorno, Ley de extranjería, inseguridad social, narcotráfico, corrupción política, explotación laboral, explotación infantil y «hambre», palabra difícil de entender para quien no la ha experimentado. La inmigración no está aislada de todo esto y sí muy unida al gran negocio del siglo: la venta de armamentos, sinónimo de inventarse grandes y costosas guerras. Sería interesante que Rajoy y Zapatero nos digan cuánto gastan en armamento, cuánto en fabricar diferentes tipo de armas y cuánto ganan cada año por vender todo tipo de armas a países pobres, con conflictos internos, países donde hay tantos inmigrantes queriendo salir a la desesperada para venir a buscar trabajo en las condiciones que se nos ofrezcan, incluidas las del trabajo en negro porque hay todavía muchos empresarios que explotan a los inmigrantes.

Invito a Rajoy y a Zapatero a que sean más serios, realistas y sinceros en sus debates sobre la inmigración, porque tarde o temprano seremos nosotros los inmigrantes quienes comencemos a pedirles cuentas de todo lo robado a nuestros países.