Un arte de las bisagras
Josu MONTERO | Escritor y crítico
En nuestro cuerpo hay 265 articulaciones, 265 bisagras que le permiten infinitas combinaciones. Las fronteras entre el teatro y la danza son hoy afortunadamente difusas. ¡Su trabajo les ha costado a muchos creadores! El cuerpo y el movimiento tienen en el teatro una innegable centralidad. Conceptos como virtuosismo o plasticidad, que solían ser consustanciales a la danza, ya no lo son hoy tanto. La denominada danza contemporánea ha abierto fecundos caminos. Permítaseme una pequeña reflexión en primera persona. Hace años yo no tenía oído alguno para la danza contemporánea; me esforzaba en entender lo que querían contarme a través de esos movimientos, su significado. Y apenas entendía nada. Por suerte me rendí, me limité a dejarme llevar -¡lo que no es ni mucho menos tan sencillo como puede parecer!-, y entonces, en muchas ocasiones, el sentido emergía, transparente, como una pequeña revelación, como una modesta epifanía. Entendí entonces que si con algo tenía aquello que ver, era con la poesía.
La danza es el arte más fugaz. Las artes plásticas, la música o la literatura dejan en el tiempo rastros, huellas, presencias; incluso del teatro nos queda al menos casi siempre un texto escrito, unas palabras. Pero de la danza no queda nada, nada permanece. Quizá por eso el checo Jiri Kilian, uno de los más notables coreógrafos de las últimas décadas, ha afirmado recientemente: «La danza tendrá un futuro brillante. Siendo una de las artes más antiguas es a la vez de las más jóvenes. La danza es un arte no explorado, es la bisagra». Kilian abandonó su país durante la invasión soviética del 68; tenía 20 años. Dirigió la legendaria Nederlands Dans Theater (NDT) de La Haya durante casi 25 años. Allí fundó la NDT2 -para bailarines jóvenes- y la NDT3 -¡para mayores de 45 años!-.
Pasado mañana termina en Biarritz el festival Le Temps D´Aimer La Danse, que ha mostrado el trabajo de compañías clásicas y contemporáneas. Y aún tenemos por delante diez días para asomarnos a la tercera edición de Dantza Hirian, Festival de Danza Contemporánea en Paisajes Urbanos: Donostia, Irun, Hendaia y Baiona. Se trata de crear vínculos entre la danza y el espacio urbano, público. En esta edición se suma al Festival la iniciativa creativa «Aterpean», a través de la que se acoge en residencia a un artista. La compañía donostiarra Ertza ha sido la elegida. Danza vasca y contemporánea, música tradicional y electrónica se hacen permeables en «Bihar jaio nintzen», la pieza que hoy estrenan en Donostia y que mañana se podrá ver en Irun.