Ehud Olmert presenta su dimisión al presidente de Israel, Simon Peres
GARA |
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, asediados por varios escándalos de corrupción, presentó a última hora de ayer su dimisión al presidente, Simon Peres, lo que abre oficialmente el proceso de sucesión al frente del Gobierno, que se convierte automáticamente en un ejecutivo interino.
Tras recibir discretamente a Olmert en su residencia en la Jerusalén ocupada, Peres anunció oficialmente su dimisión y anunció que iniciará consultas con los grupos parlamentarios.
El presidente precisó que las consultas tendrán lugar antes de su partida hacia Nueva York, donde tiene previsto representar a Israel ante la sesión anual de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Peres dispone de siete días para realizar estas consultas y encargar la formación de nuevo gobierno. Todo apunta a que encargará esta labor a la hasta ahora ministra de Exterores, Tzipi Livni, que sucedió la pasada semana a Olmert en la jefatura de la todavía primera formación política israelí, el partido centrista Kadima, tras ser elegida por un estrecho margen en las elecciones primarias.
Testigo a Livni
Horas antes, y en el transcurso del Consejo de Gobierno del domingo, Olmert anunció su dimisión y pasó el testigo a Livni. «Deseo que ella logre formar un gobierno lo antes posible y según la composición que ella elija», anunció el todavía primer ministro israelí.
En caso de que reciba el encargo de manos del presidente, Livni tendrá un plazo de 42 días para presentar un nuevo ejecutivo. En caso contrario, deberían convocarse elecciones anticipadas. Mientras tanto, Olmert seguirá al frente del Ejecutivo de transición israelí.
Livni ha decidido no esperar a la luz verde presidencial para comenzar consultas informales con el resto de partidos. En principio se ha pronunciado a favor de mantener la coalición actual, que incluye a los laboristas, a los ultra-ortodoxos del Shass y al Partido de los Jubilados. En un intento de sacudirse la presión, la sucesora de Olmert advirtió de que «Kadima no teme unas eventuales elecciones anticipadas».
La actual jefa de la diplomacia israelí hizo estas declaraciones frente a la eventualidad de una posible alianza de dos antiguos primeros ministros, el laborista Ehud Barak, actual ministro de Defensa, y el líder de la derechista Likud, Benjamin Netanyahu, que mantuvieron un encuentro el pasado sábado.
Ambos, inquietos ante la posibilidad de que Livni refuerce su popularidad desde el poder, defendieron un gobierno de «urgencia nacional» con Kadima, Likud y laboristas.
No obstante, Barak y Netanyahu no se pusieron de acuerdo para concretar su jugada.
Netanyahu, cuya formación va viento en popa en los sondeos, insiste en la necesidad de elecciones anticipadas lo antes posible. Por contra, los laboristas son partidarios de contemporizar para evitar un anunciado triunfo arrollador de la derecha sionista.