Soso partido en Ipurua
Un punto que vale para todos
El Eibar ya tiene su primer empate de la temporada, que lo mantiene en la zona cómoda de la clasificación. Lo consiguió ante el Celta en un partido soso, en el que la mejor noticia llegó en el apartado defensivo, después de los goles encajados en las últimas jornadas.
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Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
Era el resultado que le faltaba y ya lo tiene. El Eibar sumó ayer su primer empate de la temporada, que le mantiene en la zona cómoda de la tabla, a un punto de los puestos de ascenso.
La situación clasificatoria es, sin duda, uno de los aspectos más positivos de una tarde que no dio para mucho. El otro, quizá más importante, el hecho de que Zigor acabase imbatido, algo que no había conseguido desde la primera jornada. Era este, de hecho, un aspecto que preocupaba en el seno del equipo y el propio Carlos Pouso confesaba haberle prestado especial atención a lo largo de la semana. Dio resultado porque, tras haber encajado cuatro goles en los dos partidos anteriores, la portería armera acabó ayer inmaculada.
Otra cuestión es el reparto de responsabilidades. ¿Mérito del Eibar o demérito del Celta? Porque no hay que olvidar que el conjunto gallego no ha marcado todavía un solo gol. Y ya se han disputado 360 minutos de Liga. Tampoco extraña demasiado, teniendo en cuenta lo que se vio en Ipurua. Excepto alguna escapada de Renan y Óscar Díaz, algún pase largo en busca de Ghilas y Dinai y el eterno recurso del balón parado, poco movimiento hubo en el área local.
Lamentablemente, podría decirse lo mismo del Eibar que, al menos en el primer tiempo, fue incapaz de encontrar el camino hacia la portería gallega. Con el partido del Tenerife todavía en la retina, la afición eibarresa acudió al campo en busca de una nueva dosis de espectáculo, pero sus expectativas no se vieron cumplidas. Al menos hasta el segundo tiempo, en el que la cosa se animó ligeramente.
La referencia del anterior partido en Ipurua también valió para Carlos Pouso que, tal y como estaba previsto, volvió a revolucionar el once, alineando uno muy similar al que se impuso a los canarios y bastante diferente al que había dejado entrever durante la semana.
Con la vuelta del 4-1-4-1, sólo hubo dos caras nuevas respecto a aquel partido -cinco en lo que concierne al choque de la semana pasada en Huesca-: la de Txema Añibarro en el centro de la defensa y la de Germán Beltrán, forzosa, en sustitución del lesionado Lluis Codina.
Cualquier otro parecido hubo que buscarlo, con cuentagotas, en la segunda parte, porque en un primer tiempo soporífero, las ocasiones llegaron exclusivamente del lado visitante. Aunque quizá cabría más hablar de disparos entre los tres palos que de ocasiones, porque los acercamientos de la tropa de Pepe Murcia fueron tan esporádicos como inocentes. Sólo un centro al segundo palo, cabeceado por Óscar Díaz, estuvo a punto de permitir al Celta celebrar su primer gol de la temporada.
Cambio a mejor
El choque cambió poquito en la reanudación, pero al menos lo hizo para bien. Los bostezos seguían a la orden del día en el graderío de Ipurua, pero al menos eran los jugadores azulgranas los que acababan con el tedio. Hasta Notario tuvo que lucirse en un par de ocasiones, lo que le hizo acabar el partido como el mejor de su equipo.
Algo que intentó forzar Carlos Pouso, revitalizando la ofensiva armera. Carlos Rubén, Tokero y Sutil saltaron al césped, aumentó el ritmo y el Celta se convenció definitivamente de que el punto era un auténtico tesoro -no hubo más que ver la parsimonia con la que se retiraron del campo los jugadores sustituídos por Murcia-.
No le faltó demasiado para perderlo, sobre todo con un contragolpe en el que Carlos Rubén, al minuto de saltar al verde, estuvo a punto de repetir la historia que protagonizó hace dos semanas. Pero el andaluz no resolvió esta vez su mano a mano con Notario, con lo que al Eibar no le quedó más remedio que dar por bueno el punto.
Las escasas ocasiones del Eibar fueron más claras que las de su rival, pero Carlos Pouso no quiso hablar de injusticia por el empate final.
«El empate me sabe a lo que sabe. Hemos podido ganar, pero ha sido un partido muy trabado. Ellos han hecho muy bien su trabajo y no se puede hablar de injusticia porque la justicia es meter goles cuando las tienes. Las hemos tenido y no las hemos materializado», admitió.
El técnico vizcaino, que reconocía que los gallegos «nos han maniatado y no hemos sabido desplegar el juego que sabemos», sobre todo en el primer tiempo, sí se felicitaba por haber «dado la cara. Quizá el juego ha sido menos brillante, pero ha habido intensidad defensiva y hemos mantenido la puerta a cero. No hemos cometido errores y si no se puede ganar, es bueno no perder».
Txema Añibarro, una de las novedades del once, acabó el partido de su debut en Ipurua con «sensaciones positivas. No hemos podido aprovechar las ocasiones y al final te da miedo que te marquen en alguna jugada, pero en la segunda parte creo que hemos dominado».